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Florent Muñoz, de Los Planetas a fundar su universo propio

Florent Muñoz junto a Jota de Los Planetas.

Florent Muñoz junto a Jota de Los Planetas. / Efe (Granada)

Florent Muñoz, cofundador de Los Planetas, uno de los grupos favoritos del presidente del Gobierno, vuelve a desdoblarse artísticamente con su primer álbum en solitario bajo el sencillo pseudónimo de Florent y yo, un proyecto de diez canciones inéditas que la crítica ha saludado con los mejores piropos por su frescura. Publicado este viernes, fue grabado en diciembre de 2020 entre los estudios Sonic Room y el Cortijo de Santa María de la Vega, en Granada, en lo que fue un reto después de 30 años de trayectoria que, una vez superado, le ha ayudado personalmente. "Y si a Pedro Sánchez también le ayuda en su crecimiento como persona, bienvenido sea", bromea el músico, que el 14 de septiembre lo presentará en vivo en la sala El Sol de Madrid.

No hubo una epifanía que lo llamara a lanzar su primer disco, cuenta sobre un proceso más gradual. En la época de los confinamientos por la pandemia, empezó a producir melodías para lo que iba a ser el nuevo álbum de Los Planetas, pero no encontraron acomodo frente al resto de temas aportados por el otro cofundador de la banda, Jota. "¿Y ahora qué hago con esto?", se preguntó. Tenía las estructuras, pero no las letras, una labor que suele dejarle a su compañero para que se identifique más plenamente con lo que ha de interpretar. "Pues cántalas tú", le dijeron los amigos a los que se las mostró, y así fue como se lanzó a alumbrar los primeros versos de su vida. "Tenía una obsesión con el hecho de escribir letras, porque todo lo que hacía o no me gustaba o me resultaba un poco infantil. Además, considero que Jota es de los mejores letristas que hay; si tengo al mejor, ¿para qué voy a obligarme yo a algo?", explica sobre sus reticencias previas a asumir esta faceta.

Muñoz (Ceuta, 1968) se propuso una disciplina casi militar (un tema por día) y comprendió en el proceso que "las canciones te hablan", inventándose todo un universo de personajes, "un festival fantástico de puro teatro" con relatos a pie de calle que, en muchos casos, beben de emociones suscitadas por la pandemia. Se percibe claramente en cortes como Rumba de mi estado de alarma, que hizo en apenas 4 horas de una tarde del final del verano, o Apaga el móvil por favor, sobre la necesidad de aislarse de la sobrestimulación tecnológica y disfrutar el mundo presente a nuestro alrededor.

De su faceta como DJ surge un orden muy meditado, que arranca y culmina con dos de las joyas del álbum: Aquí paz y gloria ("Desde el primer minuto, supe que iba a ser la canción del disco", cuenta) y El silencio ("Un pequeño homenaje al poder del silencio en aquellas tardes de confinamiento en las que no se oía nada", revela). "Yo con la pandemia he aprendido a valorar mucho más lo que tenemos. Creo que en general nos hemos vuelto más consecuentes, por ejemplo con el cambio climático, con la necesidad de reciclar y con otras actitudes que antes nos daban lo mismo. Y luego también pienso que, si existe un cielo y un infierno, habrá bastante gente con cuentas que ajustar", reflexiona.

Confiesa que no requirió el mismo proceso para reconocerse como cantante que como letrista. "Mi voz sí me gustaba, cuando componía siempre cantaba con onomatopeyas por encima de la música y me parecía que me tenía un atractivo muy melancólico, muy de los 80", dice al respecto.

En el plano instrumental, huelga decir que en este disco se percibe claramente la mano de quien se ha labrado un nombre como guitarrista más allá de Los Planetas. "Mi campo de acción ha sido siempre revestir una canción, buscar espacios a la melodía para darle texturas, ambientes y arreglos a su servicio, sin recargarlo", señala. Ahora que ha abierto esta nueva faceta en su carrera y que ha encontrado una banda con miembros del grupo Melange para acompañarlo en sus directos, concede que probablemente este disco en solitario solo será el primero. "Es que es como tener un Ferrari aparcado a la puerta de casa y gasolina, es imposible no tentarse a montarlo otra vez", concede quien se ha implicado en otras aventuras musicales paralelas como Los Pilotos, Fuerza Nueva o Los Evangelistas. "Puede ser frustrante que el hecho de estar en Los Planetas, que es un proyecto muy exigente, te limite a hacer otras cosas. Prefiero que nos liberemos y, hasta donde lleguemos, paz y luego retomar. Es más sano", indica tras corroborar que el conocido grupo se está tomando un parón, con Jota ocupado por su parte en su propio proyecto en solitario poniendo música al cine de Iván Zulueta.

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