El Centro Cultural Gran Capitán de Granada presenta la nueva exposición de Julia Santa Olalla

El Festival Artes Contemporáneas Bellas Artes, se traslada al centro de Granada para presentar la exposición No hay trozo de tierra que se llame Mangarrú, de la artista granadina Julia Santa Olalla, en el Centro Cultural Gran Capitán. La obra de Santa Olalla puede visitarse desde este viernes 18 de marzo hasta el próximo 10 de abril.

No hay trozo de tierra que se llame Mangarrú es una propuesta pictórica que, en esta ocasión, se convierte en un acto performativo, según su autora, en el que 'cuerpo y mente determinan el trazo que cobrará vida en el lienzo'. Santa Olalla comenta que su mirada busca más provocar que captar porque esa es la forma en la que poetiza la realidad y aparecen significados normalmente ocultos en la mera apariencia de las cosas. Sus creaciones parten de lo ordinario y cotidiano, imágenes del día a día sobre las que pone el foco. Estas imágenes sufren transformaciones, son amplificadas, modificadas y relacionadas con otras imágenes para buscar y desvelar lo extraño de las mismas. Juega con la capacidad narrativa de la pintura, sus texturas, colores y formas, para plantearnos un juego visual sobre la interpretación de las imágenes.

Julia Santa Olalla nació en Granada en 1985 y estudió en la Facultad de Bellas Artes Alonso Cano de la Universidad de Granada, donde compartió formación con, entonces, futuros artistas. Santa Olalla ha expuesto de manera individual, dentro del proyecto Iniciarte en 2020, o en el Palacio Condes de Gabia de Granada en 2019. También ha participado en exposiciones colectivas en Barcelona, Sevilla o Miami (EEUU). La artista granadina ha ido a diversos certámenes de pintura y ha obtenido becas como FACBA 22, Iniciarte en 2020 o Jóvenes artistas plásticos de la Diputación de Granada en 2018. En 2021 participó en ARCO Madrid de la mano de la galería murciana T20. Su obra está en colecciones como la de Fundación Sorigué, Agua de Granada o Universidad de Jaén.

Santa Olalla suele pintar principalmente en óleo sobre lino, tabla o papel, a los que a veces añade otras técnicas. Combina la factura amarrada de lo figurativo con otra mucho más suelta, que incluye también los accidentes que ocurren durante su elaboración. Sus retratos destacan por la potente mirada de sus modelos en consonancia con la gestualidad de la artista. También los espacios interiores y exteriores narran aquello que no evidencia. De ahí ese halo de misterio, funcionando como el hilo conductor de sus obras. Los espectadores se encuentran ante una artista que no deja indiferente; una pintora que pinta; una autora que deja bien a las claras que la pintura es una fórmula para crear estados de emoción desde los espacios de la representación construidos con los esquemas verdaderos de la pureza artística.