Artes plásticas

Medida justa y necesaria

  • El Palacio de Condes de Gabia acoge hasta mediados de marzo una exposición con las obras ganadoras del concurso de Diputación para apoyar a los creadores locales

Medida justa y necesaria

Medida justa y necesaria

Los artistas plásticos no viven del agua. Si la cosa estaba difícil; con las galerías bajo mínimos, con muchas desaparecidas, otras actuando a medio gas; algunas con el pensamiento de bajar definitivamente la guardia; con las instituciones muy mermadas y con infinitos frentes sociales abiertos; con el mercado, en definitiva, poco propicio a aventuras artísticas y los coleccionistas esperando tiempos mejores; los artistas están aguantando lo inaguantable y viendo cómo sus posibilidades cada vez son más oscuras. La pandemia, ha cerrado puertas a casi todos, pero los artistas, además, lo están teniendo más crudo. Las exposiciones se han reducido al máximo; se han suspendido múltiples de comparecencias y, las pocas que han quedado, han visto reducidos sus horarios; muchos de los habituales visitantes han dejado de acudir bien por miedo a los posibles contagios bien porque la movilidad era cada vez menor; las visitas de aficionados de localidades diferentes a donde se presentaban las exposiciones eran casi inexistentes por los cierres perimetrales de las ciudades que impedían el traslado de uno a otro lugar. En definitiva, todo un cúmulo de desastres para una profesión muy necesitada; tremendamente necesitada y que ha puesto el color del miedo y la incertidumbre como el más luminoso de esta paleta existencial, ahora, tan esquiva.

Las ayudas que, para otros asuntos, han sido posibles –escasas y a cuentagotas-, para lo artístico han sido casi nulas. La Junta de Andalucía, mediante el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo convocó en su momento un plan de choque. Ya sabemos los tristes desenlaces que tuvo, insuficientes, insatisfactorios, injustificables y que, aparte de los artistas que tuvieron a bien verse satisfechos con la adquisición de sus obras, sólo hizo ver algunos de los males que aquejan a la política cultural artística que se cuece en los espacios de la antigua Cartuja sevillana.

La Diputación de Granada, honrosa institución que desde los años setenta viene trabajando con criterio por el arte contemporáneo que tiene lugar en la provincia granadina, ha vuelto a dar ejemplo de su compromiso cultural con los artistas. Un hecho que debería ser copiado por las demás instituciones provinciales; lo que redundaría positivamente en una profesión que necesita de un unánime apoyo. Bajo el título de Premio a la creación artística, la Diputación convocaba, en medio de la pandemia, una gran bolsa de compra para el amplísimo conjunto de artistas granadinos. En tiempos tan duros era una pomada balsámica que tendría beneficiosos resultados.

La institución granadina volvía a amparar en su seno a unos artistas que están dando muchos magníficos resultados a una plástica granadina que, cada vez se va haciendo más grande y más trascendente en el conjunto de la creación artística nacional. Como era de suponer la ocasión lo requería y los artistas acogieron con mucha satisfacción la convocatoria y acudieron en masa a la llamada. Muchos, muchísimo, eran los destinatarios. Lógicamente era difícil satisfacer a todos; sobre todo, porque el número eran muy muy grande y muy muy bueno. No habría para todos pero era un primer paso y había que hacerlo bien.

La selección no deja lugar a dudas. Casi todos eran merecedores de engrosar la lista de tan esperada y necesaria convocatoria. Me imagino –así lo deseamos todos– que habrá sucesivas ediciones porque son muchos los que se han quedado fuera. Se han presentado alrededor de cuatrocientas obras de todas las manifestaciones artísticas, pintura, escultura, dibujo, fotografía e instalaciones; lenguajes habituales en el arte contemporáneo y que clarifican la disposición de unos artistas hacia los planteamientos del arte más inmediato. Veinticinco artistas se han repartido los cincuenta mil euros –dos mil euros a cada uno– que sólo servirán como una pequeña ayuda que palíe un poco la angustiosa situación en la que se encuentran los artistas.

Veinticinco artistas se han repartido cincuenta mil euros -dos mil cada uno- que servirán como pequeña ayuda

No ha tenido que ser, ni mucho menos, fácil la tarea de los encargados de enjuiciar las obras presentadas y elegir los nombres de los seleccionados. Me consta que a la llamada acudió un número muy considerable de artistas de calidad manifiesta y ampliamente contrastada. Por eso la elección de los veinticinco ha debido de ser trabajosa, especialmente trabajosa. Los nombres que se pueden contemplar en los espacios del Palacio de los Condes de Gabia no ofrecen duda alguna. Son todos artistas de solvencia, con trayectorias consolidadas muchos y con expectación creativa a sus espaldas otros; artistas de media carrera, artistas emergentes con horizontes diáfanos; artistas en plena efervescencia creativa y artistas con sensata trascendencia.

Los nombres son claros activistas de la mejor plástica que hoy tiene lugar; son casi todos nombres habituales en los mejores catálogos de arte contemporáneo de toda España y artistas protagonistas de muy importantes exposiciones en salas y galerías de mucha significación.Helí García, Pedro Cuadra, Julia Santa Olalla, Joaquín Peña-Toro, Domingo Zorrilla, Leonor Solans, Eugenio Ocaña, Simón Zábell, Ricardo García, Cristina Ramírez, Santiago Bueno, Pablo Capitán, Laura Segura, Pablo Castilla, Irene Sánchez, María Dávila, Andrés Monteagudo, Carmen Rivero, Roberto Urbano, Katarzyna Pacholik, Antonio Montalvo, Cristina Megía, Álvaro Albaladejo, Cristina Capilla y Argider Aparicio son artistas de Granada; artistas de generaciones y credos distintos, que están dado mucho crédito a un arte con clara abierta expansión.

La Diputación de Granada nos vuelve a situar en los muy buenos postulados artísticos que siempre ha tenido hacia el arte del momento. Su clara disposición hacia los creadores, sus planteamientos hacia un arte, ahora más que nunca, necesitado, es digno de ser notificado como hecho ejemplar. Nosotros lo hacemos y valoramos en su justa medida. También pedimos que esta primera acción tenga su continuación porque los artistas son muchísimos y, todavía, quedan otros muchos esperando y jugándosela día a día. ¡Enhorabuena a todos!

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