Música

El balance del año musical

  • El primer Festival que se aplazó fue el de Tango, programado para los días 17 al 22 de marzo. A partir de ahí, todo fueron aplazamientos y cancelaciones. Lo sabemos todos

El balance del año musical

El balance del año musical

Llega la Navidad, el fin del año y lo normal es mirar hacia atrás antes de mirar hacia adelante. Hablar o valorar 2020 es, en cualquier sentido, hablar de la pandemia que ha asolado y asola el planeta, y por tanto a todo, a cualquier manifestación y a cualquier sector, también a cualquier país y a cualquier continente. En este marco, si queremos valora el 2020, realmente tendremos que ver cómo se ha actuado en el sector musical y cultural respecto al Covid, o sea desde marzo, pues, siendo un trimestre generoso en lo cultural nadie se acuerda ni es relevante enero-marzo de 2020, al menos desde el punto de vista de lo reseñable en lo musical o cultural.

Desde marzo, en Granada, el primer Festival que se aplazó, fue el Festival Internacional de Tango, programado para los días 17 al 22 de marzo de 2020. A partir de ahí, todo fueron aplazamientos y cancelaciones. Lo sabemos todos.

La primera gran apuesta fueron los Festivales de Música y Danza de Granada, que sirvieron para escenificar cómo iban a ser en general los espectáculos con público a partir de entonces. Fueron fechas en las que asistimos con mascarilla, con dispensadores de geles, con distanciamiento en las localidades o con restricción de los aforos. Aquello que era novedoso, es hoy lo habitual. El Festival fue, partiendo de todas esas restricciones, un éxito, se reorganizó la programación, y se evitaron muchos conciertos de gran formato y en cambio se abrió un amplio campo a las agrupaciones de cámara o al piano. Hubo una transición en la dirección del Festival y todo resultó grato y esperanzador.

Luego llegó el verano, con muy pocos espectáculos en localidades costeras y de interior. El comienzo del curso, en septiembre, tuvo de nuevo un gran evento como referente cultural: nos referimos al Festival Milnoff de Flamenco, con multitud de espectáculos al aire libre en plazas tan granadinas y bellas como Bib Rambla, las Pasiegas o el Paseo de los Tristes, y espectáculos en lugares tan emblemáticos como el Palacio de los Córdova o el espectáculo inaugural In Paradisum en el Generalife. Desde ahí, se fueron retomando las actividad de Festivales y programación de espectáculos, se celebró, en formato más reducido por ejemplo el Festival de Tango o el Festival de Música Antigua de Granada, que en esta V edición mantuvo heroicamente sus dos semanas de programación al más alto nivel de calidad y de rigor en las normas sanitarias. Pero si eso fue en septiembre y principios de octubre, desde ahí, el devenir no ha sido regular, los brotes fueron sacudiendo a la población y las medidas cada vez han sido más restrictivas. Nunca se recuperó la tranquilidad ni la regularidad en la programación de eventos ni por tanto de la promoción de nuevos. En cambio, la actividad concertística se ha ido adaptando y cada vez ha sido más frecuente asistir a conciertos en directo a través de las redes, o en streaming, a ello se ha sumado la UGR, la OCG y muchas otras agrupaciones e Instituciones.

Las mascarillas, los geles, las distancias fueron lo novedoso. Ahora es lo habitual

Estamos ante una Navidad sin conciertos corales, que tanto alegran con sus villancicos estos días, y con restricciones serias de aforos. Y, además, con un estado de intranquilidad íntimo y también generalizado. Ojalá la cosa vaya bien a partir de enero, tras la Navidad y los mermados encuentros familiares y amistosos.Las Administraciones, con gran sensibilidad en muchos casos, han tratado de mantener ciclos, conciertos y la vida de tantos músicos, pero, la música y la cultura han pasado (si es que alguna vez estuvieron) a un segundo plano. Las ayudas más importantes, y el foco de interés en presupuestos, etc., han dado la espalda de manera drástica y profunda a este importante colectivo que es la cultura. Se ha priorizado y esa ha sido la decisión en general. Con este panorama, hay que tener en cuenta que muchas producciones, festivales agrupaciones, son empresas pequeñas, que parten de muy pocos ingresos como para arriesgar y comprometerse en el próximo año, por lo que se necesitará de gran sensibilidad por parte de las Administraciones para mantener festivales, citas, ciclos y agrupaciones. Está claro que pase lo que pase y se decida lo que se decida, el panorama cambiará, en mucho tiempo no volverá a se lo que era, pues la mascarilla y la distancia social son dos factores que irán cambiando la oferta cultural en muchos aspectos, y habrá quienes se adapten y quienes no.

Todo esto hay que tenerlo en cuenta para ser realistas, no es algo negativo, es sencillamente asumir el nuevo escenario, y desde este panorama, rebelarse, asumirlo o interiorizarlo son distintas opciones.La industria cultural es básica, es en definitiva alimento para muchas familias, y alimento del alma para muchas más, por eso, no se prescindirá de ella, se programará, se harán conciertos y se volverá a vibrar con la cultura. Todo el mundo está muy ilusionado con 2021 y eso es en sí un dato muy positivo, esa positividad en el ambiente también contagia, contagia de interés en fomentar, vivir y disfrutar con la cultura. De hecho hay agrupaciones que ensayan con restricciones, con plataformas virtuales, se están lanzando programaciones, hay muchos signos de esperanza y creo que con la misma dosis de esperanza se contempla con mayor realismo el panorama, todo se ajusta más a lo posible. En cualquier caso, nadie contempla un 2021 peor que 2020 y eso ya es todo un brindis por la superación y por asumir que el año que empieza en breve va a ser un gran m año, seguro que sí.

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