La noche del sábado 28 de octubre en la Chumbera el guitarrista Manuel Fernández presentó 'Entre cuerda y madera'. El resultado fue apoteósico, con un público entregado ante la excelencia, el buen gusto, la variedad y la emoción que se vivió en el corazón del Sacromonte, con la Alhambra de testigo y que protagonizó un elenco perfectamente diseñado y formado por el bajo de Manuel Sáez, el cante de Antonio Heredia y Alejandro 'Gambimba', los coros femeninos de Irene Molina y Gabi Carmona, el teclado de Alberto Raya, la percusión de José cortes 'El indio', y la colaboración especial de una emocionada Mari Paz Lucena, que acababa de perder a su madre hace unos días y dedicó a su madre la primorosa 'Farruca', con la que terminó el espectáculo.

'Entre cuerda y madera' es un espectáculo que sorprende, en él hay de todo y de calidad. Pero va más allá, además del repertorio, que hace de la velada un suspiro por su dinamismo riqueza y hondura, el espectáculo resulta entrañable, emocionante, y es que el magnetismo de Manuel Fernández logra que el ambiente tan especial que crea en el escenario se contagie al público, con el resultado final de un espectáculo único, con mucho duende y donde cada artista aporta toda su profesionalidad y más. El duende salió, es más, no tardó en salir y se quedó toda la noche.

Manuel Fernández durante un momento del espectáculo

El comienzo con la Zambra del niño Miguel ya nos hablaba del sentimiento que propone 'Entre cuerda y madera', la guitarra de Manuel Fernández, soberbia. Le siguió una Granaina compuesta por él, que nos habla de la proyección de Manuel Fernández, uno de los grandes. En seguida el escenario se pobló de grandes figuras pero que no brillaban de manera independiente, sino que Manuel Fernández, con su generosidad natural iba dando siempre momentos a cada uno, resultando un espectáculo variado y coral, con un elenco absolutamente comprometido. De esa manera, la Soleá por bulerías, la burlería y los tangos que se hicieron sonaron como pocas veces, con mucho sentimiento. A continuación, la famosa 'Vida loca' de Francisco Céspedes con unos arreglos del propio Manuel Fernández que demostraron su habilidad y virtuosismo, pues aunque todo partía y terminó en la obra de Céspedes, iban de un género a otro, de unos ritmos a otros con una facilidad y un buen gusto, al alcance de muy pocos.

El broche de oro lo puso una "pequeña fantasía musical" creada por Manuel, en la que de manera sublime pasaba, junto a los demás artistas por boleros, tangos y rumbas y finalmente con la farruca que solo él acompañaba al baile de Mari Paz Lucena. Las ovaciones se fueron sucediendo durante toda la velada, sin esperar al final de los temas, y al final, fue el público en pie quien ovacionó 'Entre cuerda y madera', a su creador y a los que lo hicieron posible. Flamenco sobresaliente.