En estos días de lógica exaltación de lo público e inevitable admiración y gratitud infinita a los profesionales de la sanidad al pie del cañón -como al resto de héroes de otros sectores que se la juegan -, hay que recordar que lo público se cimenta también en otros pilares como la seguridad y la actuación ante emergencias. Aparte de la encomiable labor de policías y guardias civiles, más visible y alabada, hay que destacar mucho a un cuerpo muy olvidado como el de los militares que algunos parecen haber descubierto estos días. Esas Fuerzas Armadas que por tierra, mar y aire siempre están al servicio pese a que no tenga mucho marketing la gratitud a su labor. Es bonito que hoy salvo algunos desagradecidos -a quienes mejor no nombrar- España aplaude a la UME, a la Legión, al Aire, a la Tierra y al Mar, a los militares que desde el más bajo hasta el más alto rango se baten el cobre por la población y redoblan sus horarios. Todas las provincias agradecen el despliegue. Es por eso que hay que acordarse de que también forman parte de lo público, aunque a los de tropa se les 'pega la patada' a los 45 años con una mísera paga. Acuérdense de ellos.