Acuerdo con el Brexit

Todo lo que sea acordar un escenario de diálogo para el futuro, es el menos malo de los escenarios posibles

El acuerdo in extremis entre la UE y el Reino Unido sobre las relaciones entre ambas partes tras el Brexit es una buena noticia, dentro de lo que cabe. Supone la generación de un escenario que permite una relación comercial y social relativamente favorable para la sociedad europea y británica.

No obstante, el tiempo dirá si hay carencias en la "letra pequeña" o si terminamos sin concretar en el futuro de manera favorable algunos aspectos que están aún en el aire. Pero, en principio, todo lo que sea acordar un modelo de relaciones y un escenario de diálogo abierto para el futuro, es el menos malo de los resultados posibles.

Estamos viviendo tiempos difíciles por motivos diversos; la pandemia ha acelerado de manera muy intensa los cambios de carácter civilizatorio en los que el mundo actual está inmerso. Por ello, es difícil pronosticar en qué medida el Brexit y este acuerdo de "ruptura pactada" van a influir en algunos aspectos de nuestra vida.

No obstante, es evidente que las relaciones de España con el Reino Unido son intensas y extensas. Sin ir más lejos, cientos de miles de ciudadanos británicos visitan e incluso residen muchos meses en España generando una intensa relación social y un impacto favorable en la economía de algunos territorios en España. Y, por otra parte, muchos ciudadanos españoles trabajan, estudian y viven en el Reino Unido.

Es por eso que debemos ser conscientes de que en estas cuestiones del día a día en las que estamos inmersos nos jugamos pequeñas batallas de futuro y, aunque nos puedan parecer lejanas, en ellas se deciden elementos clave de la economía y de la interacción social en lugares como Andalucía, Baleares, Comunidad Valenciana o Canarias.

Viendo como se están orientando las cuestiones de política internacional en un mundo tan interrelacionado y en el que los equilibrios geopolíticos están en cuestión, resulta más necesario que nunca una Europa fuerte con liderazgo real basado en la inteligencia colectiva de la que potencialmente disponemos.

Y en este asunto en el que resulta imprescindible gestionar una nueva Unión Europea relacionada con un Reino Unido renovado, toda nuestra capacidad debe estar puesta a disposición de un futuro mejor. Dentro de lo que cabe, claro.

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