Alcalde Díaz Berbel

La derecha de esta provincia le debe haberse sacudido el corsé de la dictadura que la aprisionaba

V einte años después de firmar mi primera columna en Granada Hoy, tengo este viernes el honor de volver a mi "casa" editorial, con una cita semanal que me emociona profundamente. Dice el tango que "veinte años no es nada", pero tanto ustedes, como yo, sabemos que eso no es cierto. Dos décadas hacen que las "nieves del tiempo" plateen nuestras sienes y puede que nos hagan algo más sabios y prudentes. Aunque quizás sí que sea cierto, que veinte años no hayan sido nada para esta ciudad, a la que tanto amamos y que tan malos ratos nos da.

Créanme que no es fácil elegir el tema sobre el que reflexionar en tu primera columna. Sin embargo, pese a haber comenzado tres o cuatro distintas, la agenda de ayer despejó cualquier duda: el Ayuntamiento de Granada, bautizaba una calle de esta ciudad con el nombre de, "Alcalde Díaz Berbel" y el gesto de que haya sido una corporación presidida por el partido adversario del ahora distinguido, me ha despejado cualquier duda.

Pocas personalidades se merecen tanto el honor de dar su nombre a una calle de Granada como José Gabriel Díaz Berbel, la persona a quien la derecha de esta provincia le debe haberse sacudido el corsé de la dictadura que la aprisionaba, para empezar a caminar por una senda indiscutiblemente democrática; el empresario atípico a quien la política le costó una pequeña fortuna y muchos disgustos; el político que llevó a la derecha por primera vez a la alcaldía por métodos democráticos y el Alcalde que mejor "vendió" a Granada en el mundo.

El gesto de Paco Cuenca, reconociendo la memoria de su predecesor con una calle en Granada, hace justicia con un granadino irrepetible; un personaje al que Washington Irving habría incluido en sus Cuentos de la Alhambra y que de haber vivido en la era de Tik Tok, Instagram y Youtube, se habría convertido en el mejor influencer de esta ciudad.

Si la generosidad, la bonhomía, la simpatía y las habilidades sociales se han sumado alguna vez en un político de Granada, eso ocurrió con Gabriel Díaz Berbel, un personaje único, que desde ayer ya figura en el callejero de su ciudad y al que, quienes tuvimos la suerte de conocerle, siempre recordaremos con una sonrisa.

Solo una cosa más: Kiki, nunca hubiera sido Kiki sin una gran mujer como Manuela a su lado y parte de esa calle, siempre será suya, aunque no lleve su nombre.

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