Banca y mayores

Para muchos mayores, sacar dinero o hacer una transferencia se vuelve imposible si es por una aplicación digital

Se acaba de conocer que la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, ha reclamado de nuevo a los responsables de las tres patronales bancarias (AEB, CECA y UNACC), que desarrollen medidas válidas para evitar la exclusión financiera de los mayores tanto en el medio rural como en el resto de España.

Es evidente que la digitalización que en todos los ámbitos de la vida social y económica se está viviendo, nos lleva a un uso masivo de la vía digital que en el caso de los servicios bancarios a veces se vuelve todo un calvario. Más aún para los mayores que tienen (como grupo social específico), más dificultades para su utilización. Para muchos mayores, sacar dinero o hacer una transferencia se vuelve imposible si es por una aplicación digital.

Y es que estos enormes cambios terminan haciendo que determinados colectivos puedan quedar excluidos y desamparados por lo que, además de tener en cuenta sus necesidades para evitar nuevas bolsas de desigualdad que pueden hacer difícil o imposible una vida normal, conviene trabajar intensamente en la formación que ayude a caer en el analfabetismo digital.

La atención personalizada y presencial tiene un espacio importante e imprescindible para muchas personas; en especial para las personas mayores con especialidades dificultades. La enorme transformación que la banca está mostrando lleva a un adelgazamiento de las plantillas y por tanto una menor presencialidad y trato personal que tanto ayuda a resolver las necesidades de muchos clientes (la mayoría personas mayores).

Y es que en los últimos años se han incrementado las limitaciones de los horarios de atención en ventanilla, la obligación de hacer ciertas gestiones en los cajeros o por medios digitales para comodidad de la entidad o las enormes colas condicionadas por la pandemia, que en los mayores tienen una mayor repercusión negativa.

Es por eso que resulta imprescindible tomar medidas y hacer posible que la banca profundice en acciones que eviten la exclusión financiera y que todo ello forme parte de una estrategia de responsabilidad social para contribuir a dar a nuestros mayores la respuesta que necesitan y merecen.

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