Cataluña sin rumbo

Dentro de 15 años la mayoría indepedentista puede ser imposible de gestionar si no encontramos solución pronto

Esta semana hemos asistido al lamentable espectáculo ofrecido por el president Torra en el Parlamento de Cataluña cuando, entre otras cosas, lanzaba un ultimátum al Gobierno de España según el cual, el independentismo retiraría el apoyo parlamentario a Pedro Sánchez si antes de noviembre no había una propuesta para hacer viable el referéndum para la autodeterminación de Cataluña.

La respuesta inmediata de la portavoz del Gobierno en el Palacio de la Moncloa negando cualquier mínima opción de viabilidad a ese referéndum para la autodeterminación en Cataluña puso en evidencia la desenfocada estrategia política del president, pero también, la división en el seno de la coalición independentista.

Mas allá de que, con esta nueva esperpéntica iniciativa por parte del president Torra, el Partido Popular y Ciudadanos reaccionen de nuevo sin otro norte que el hipotético beneficio electoral de sus posiciones, las cuales considero frentistas e inútiles para la necesaria convivencia, quiero señalar algunas consideraciones de fondo.

La primera es que a pesar del ruido y las provocaciones, los dirigentes del independentismo acumulan un año de fracasos desde los acontecimientos de septiembre y octubre de 2017 ya que ni uno solo de sus objetivos políticos se ha conseguido. Esta es una de las razones por las que en determinados sectores sociales favorables al independentismo cunde la frustración alimentando así reacciones que al menos rayan la provocación a la violencia.

La segunda es que en las imágenes de las movilizaciones de estos días frente al parlamento de Cataluña, destaca mayoritariamente la presencia de jóvenes, lo cual coincide con las encuestas que describen un muy mayoritario apoyo al independentismo en las personas menores de 35 años.

Esta cuestión puede ser determinante en el futuro ya que, si en los próximos años no encontramos una solución consensuada al encaje de Cataluña en España, puede haber una mayoría clara de partidarios de la independencia en 15 años que puede ser imposible de gestionar.

Para mí, lo peor es que Torra, Rivera, Arrimadas y Casado siembran confrontación social a partes iguales. Esperemos que no pase a mayores porque si eso fuera así, mal asunto sería.

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