Como feminista, soy una firme convencida de que "lo que no se nombra, no existe". Por extensión, creo de forma rigurosa que nuestras palabras configuran nuestra forma de ver el mundo o, cómo decía Vigotsky, que el lenguaje puede determinar el desarrollo del pensamiento. Así que, inevitablemente, cuando usamos una palabra estamos dibujando con ella un determinado escenario o relato.

Pongamos un ejemplo: el término oposición en el contexto de la acción política nos evoca conceptos como confrontar, rebatir, atacar. Y eso es lo que habitualmente esperamos de quien ejerce la oposición: que critique las acciones de quien gobierna, que ataque las decisiones que toma el poder, que refute los argumentos de quien manda. Pero que lo esperemos habitualmente no quiere decir que no sea posible otra forma de ejercer oposición.

¿Puede haber oposición que construye?

En Granada, desde hace años, hay un grave problema en la Zona Norte con los cortes de luz. Al margen de las causas, parece claro que el Ayuntamiento debe sentirse interpelado por esta situación y ponerse al lado de los vecinos para buscar soluciones. En noviembre el Grupo Municipal Socialista presentó una moción con una serie de acuerdos a tomar por el Pleno del Ayuntamiento. El equipo de gobierno solicitó que dicha moción quedase sobre la mesa para enriquecerla y que se aprobase como una declaración institucional, lo que ocurrirá muy probablemente en el pleno de hoy.

Otro ejemplo: ante la propuesta del equipo de gobierno de renunciar a los fondos europeos para el Programa en Clave de Empleo, la oposición consigue que se paralice esta decisión y se reconsidere, con la petición de nuevos informes técnicos que permitan poner en marcha el plan elaborado en su momento y que debía permitir mejorar la cualificación profesional de, al menos, 1600 personas que ahora mismo en Granada están en paro y con escasas posibilidades de acceder a un empleo.

Otro más, este de educación. Aunque no sean competencias municipales, es evidente que un ayuntamiento no puede ser ajeno al número de plazas escolares con las que cuenta el municipio, la titularidad de los centros o las enseñanzas que se ofertan en ellos. Y no solo porque el mantenimiento de buena parte de esos centros es municipal, sino y sobre todo, porque esto tiene que ver con qué modelo de ciudad defendemos y qué clase de sociedad estamos planificando. Por eso es relevante una moción que se presenta hoy al Pleno sobre la creación de un nuevo modelo de centro escolar que, de forma experimental, va a realizar la Consejería de Educación en Granada: la puesta en marcha de los CEIPSO.

Una oposición que propone es la que tiene un alto compromiso con su papel y con la ciudad. Ya solo falta que quien gobierna empiece a funcionar.

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