¿Hay feminismo de derechas? ¿O cualquier cosa que se le parezca es una impostura? ¿Es patrimonio de la izquierda, rebelde y revolucionaria? ¿O hay distintas formas de ser feminista? Llega un nuevo 8 de marzo con la política como telón de fondo, pero este año, en pleno ciclo electoral, la perspectiva de género se vislumbra como un elemento determinante en las urnas. Lo llamativo es que esta vez puede ser un factor favorable a la derecha, lo que no es tan raro en la historia española.

En Granada, las cabezas de lista de los principales partidos conservadores son mujeres. Concha Insúa, por Ciudadanos; Beatriz Sánchez Agustino, de Vox, y Marifrán Carazo es la gran apuesta del PP para convertirse en la primera alcaldesa de la ciudad. Ella misma explota ese filón sin tapujos cuando se presenta así. Es consciente de que esa posible novedad en la historia política granadina es un elemento atractivo para el voto femenino, también el feminista. Carazo sabe también que su condición de mujer es un añadido fenomenal para ella en el actual contexto político nacional.

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