La convocatoria de las elecciones autonómicas en Castilla y León ha reactivado el tono electoralista de los debates. Al asunto derivado de las declaraciones del ministro Garzón sobre la carne de animales criados en macrogranjas se acaba de unir una campaña impulsada por el PP, cuestionando la gestión del Gobierno en relación a los fondos europeos.

En mi opinión, poner bajo sospecha la gestión de los fondos europeos incluso con insinuaciones sin pruebas de Pablo Casado de una posible deriva que lleve a la corrupción, es algo que seguro puede perjudicar a España ante nuestros socios europeos.

Los fondos europeos son una respuesta extraordinaria de la UE ante la amenaza que la pandemia Covid-19 supone para la economía global y forman parte de una política económica anticíclica que puede suponer una enorme oportunidad para que Europa (y por tanto España) puedan dar un salto cualitativo, con reformas de calado y con el impulso de la economía en sectores punteros donde la digitalización, la economía verde, la colaboración público/privada o el fortalecimiento de los servicios públicos, pueden salir enormemente beneficiados. La importancia estratégica de los fondos y la apuesta que España hace de la mano de las instituciones públicas y con la colaboración del sector empresarial y de los sindicatos, debiera hacer que este tema fuera tratado como un asunto de Estado.

Cuando llega el momento de las elecciones autonómicas, locales o nacionales, lo deseable sería que los debates se centraran en las soluciones a los problemas que se pretenden resolver si una fuerza política determinada consigue el gobierno en la institución concreta para la que se celebran elecciones.

Pero desgraciadamente, con la polémica hacia la gestión de los fondos, creo que es evidente que se pretende generar un determinado ambiente negativo sobre este asunto con el objetivo de perjudicar la imagen de una opción política determinada (el PSOE), cara a las elecciones de Castilla y León.

Cuanto más se alejen los responsables del PP de los problemas reales de los ciudadanos de Castilla y León usando de manera inadecuada y sin fundamento temas como la gestión de los fondos europeos y no los relativos a los problemas de Castilla y León, más se contribuye a deteriorar la calidad de la política. Y la política es un instrumento de enorme importancia para una sociedad solvente.