La Rayuela

Lola Quero

lolaquero@granadahoy.com

Huérfanos de Spiriman y Mijaíl

El sainete del Metro es ya una telenovela mala de las que duran 20 años, porque no aprendemos de los errores del pasado. Algo falla cuando la gente necesita a superhéroes que defiendan sus intereses

Huérfanos de Spiriman y Mijaíl

Huérfanos de Spiriman y Mijaíl / Antonio L. Juárez (Photographerssports)

“España ha recorrido un espinoso camino desde el régimen totalitario a la democracia parlamentaria. Pero, a fin de cuentas, los españoles pudieron conseguir un éxito de escala histórica porque estaban de acuerdo en lo sustancial, en lo que necesitaba todo el país. España se enfrenta ahora a nuevos y complicados problemas. Creo que los españoles podrán responder a los nuevos retos si se apoyan otra vez en lo más importante: la concordia social que les aseguró el éxito en el pasado”. Mijaíl Gorbachov. Moscú, marzo de 1993.

Las palabras de admiración hacia nuestro país que el fallecido líder ruso reveló en sus Memorias de los años decisivos tienen hoy casi la misma validez que su análisis sobre la seria vertebración democrática que él creía que se estaba forjando en Rusia. No pudo estar más equivocado en sus predicciones. Esos españoles que conoció durante sus estancias en Sevilla y Lanzarote en 1992 forman parte hoy de un país polarizado y paralizado por el desacuerdo, crispado y muy cansado de una clase política sumida en el partidismo a ultranza. Ahora es un lugar donde ya no caben la equidistancia ni la crítica razonada. Donde los políticos se reparten a los jueces y a los periodistas: o son de los tuyos o son de los míos.     

Gorbachov en 1992, durante su viaje a Sevilla, junto a Felipe González. Gorbachov en 1992, durante su viaje a Sevilla, junto a Felipe González.

Gorbachov en 1992, durante su viaje a Sevilla, junto a Felipe González. / Diario de Sevilla

Sí que podría Mijaíl encontrar algo de aquel espíritu de unión tras un objetivo común en algunos lugares concretos cuyo éxito es más que elocuente. En Andalucía hay, por ejemplo, una Málaga donde todos quieren de todo, siempre que suene a inversión o a oportunidad. Pero hay una Sevilla que ahora descubre lo que es el agravio institucional cuando la capital de la Costa del Sol le hace sombra -solo ver el último episodio del vuelo a Nueva York-. Y hay una Granada que ve cómo sus representantes se reúnen un lunes para escenificar un enorme consenso sobre un proyecto que parece importante, pero el martes descubrimos que ni siquiera han hablado de otro asunto que afecta a la vida diaria de la gente y en el que no están de acuerdo, como ocurre desde hace más de 20 años.

Reunión del pacto de los Mártires, en lunes 10 de octubre Reunión del pacto de los Mártires, en lunes 10 de octubre

Reunión del pacto de los Mártires, en lunes 10 de octubre / PS

Me refiero al sainete del Metro. Aunque se parece más a una telenovela de las malas, porque además de ser largo y tedioso, el asunto tiene poca gracia. Esa línea actual que recorre Granada ha demostrado ser un éxito rotundo, un sistema de transporte cómodo y práctico, que resta muchos vehículos privados al tráfico diario de una ciudad y un Área Metropolitana muy contaminadas. Empezó a funcionar en 2017 pero podría haber estado hecho una década antes. Se perdieron años y años en debates, peleas políticas y polémicas que obligaron a paralizar el proyecto y dar marcha atrás muchas veces.

Ahora, en 2022, cuando conocemos el funcionamiento de este medio de transporte que hoy nos parece vital, parece que no hemos aprendido nada de los errores del pasado. La Junta ha emprendido los estudios previos y los trabajos para llevar a cabo varias ampliaciones del Metro. Y volvemos a perdernos en debates estériles. En Churriana de la Vega, donde si se cumplen las previsiones pueden empezar las obras en pocos meses y tener los trenes funcionando en 2026, un grupo de personas amenaza con paralizar el proyecto en los tribunales, lo que conllevaría la pérdida de los fondos europeos. Los motivos esgrimidos recuerdan a aquellas cosas que se decían en Granada hace 15 años: que será lento, que será ruidoso, que molestará a los colegios, que luego no habrá sitio para el coche... Todo eso está en las alegaciones. ¿Se acuerdan de cuando los detractores del proyecto difundían que el Metro de Granada iría vacío porque era demasiado lento y a los dos días habría que cerrarlo? 

Igual que en Churriana, el alcalde socialista de Granada insiste en que no quiere la extensión del Metro por el centro de la ciudad. ¿Se imaginan a esas otras ciudades del porvenir pidiendo a la Junta que no haga una inversión de 130 millones de euros? Seguro que le pedirían eso y, luego, todo lo demás. Paco Cuenca esgrime que es mejor llevar los trenes a La Chana, al distrito Genil y a otros municipios del Área Metropolitana como La Zubia, Huétor Vega o Cájar. Puede ser una buena idea. Pero, ¿por qué esos lugares y no otros? ¿En qué estudios se basa? ¿Es incompatible todo eso con un proyecto que ya está hecho y aprobado y que sería un paso decisivo en la peatonalización del Centro? ¿Hacemos un referéndum como han pedido en Churriana? Cuidado con caer en la misma estrategia de consultas ciudadanas que marca Santiago Abascal (Vox) para las reformas legislativas en España. Una bomba trampa escondida bajo el envoltorio democrático.   

Ese trazado por el Centro es igual al que el alcalde socialista José Moratalla pactó con la Junta de Andalucía hace 20 años. Esta fue una de las ideas que fracasó a causa de la confrontación política, cuando el PP de Torres Hurtado llegó a la Alcaldía y se opuso al Metro por Reyes Católicos y Gran Vía. ¿Es hoy Paco Cuenca el Torres Hurtado de 2003? Quizás nos acordaremos de todo esto dentro de otros 20 años. 

Recreación del Metro por Reyes Católicos que tenía la Junta en 2003 Recreación del Metro por Reyes Católicos que tenía la Junta en 2003

Recreación del Metro por Reyes Católicos que tenía la Junta en 2003

Ese proyecto que ya ha pasado el trámite del BOJA está hecho, dibujado y calculado, con diversas variantes y opciones técnicas, desde hace más de un año. El Ayuntamiento lo conoce, lo ha podido valorar y estudiar. Ha habido varias reuniones de la comisión técnica (entre ambas administraciones) y hasta encuentros al máximo nivel en el que han estado el alcalde y la consejera de Fomento, Marifrán Carazo. Algo no cuadra, porque Cuenca ha dicho esta semana que se entera por la prensa y que no va a "consentir que alguien de Sevilla pinte las líneas por donde hay que hacer el Metro de Granada". Leña para un fuego que tiene que arder todavía muchos meses, como poco.

Las empresas que han pintado esas líneas de Metro (Ofiteco y TRN Táryet) son dos firmas de ingeniería que trabajan en todo el mundo y no están localizadas en Sevilla. El tópico de la confrontación territorial es otro pasaje del Día de la marmota. La hemeroteca está llena de declaraciones similares que nunca dieron lugar a nada productivo. Pero el efecto se ha conseguido, porque ya tenemos debate y polémica. Otra vez divididos.

Personajes como Gorbachov, que intentaron cambiar su mundo por convencimiento y sin estridencias, deberían tener pequeños clones en cada país y en cada pueblo, ciudad o provincia como ésta. Ahora que esperamos casi todo de la inteligencia artificial, ¿por qué no pedir algo así?    

Spiriman, otro estilo

Spiriman encabeza la gran manifestación del 16 de octubre de 2016 en Granada Spiriman encabeza la gran manifestación del 16 de octubre de 2016 en Granada

Spiriman encabeza la gran manifestación del 16 de octubre de 2016 en Granada / G. H.

Muchas veces se atribuye la parálisis de los proyectos en Granada a una suerte de desidia de sus ciudadanos, que no impulsan a sus políticos a tomar caminos más constructivos y provechosos. Pero las escenas vividas en la ciudad el viernes pasado, con miles de personas que salieron de sus casas para despedir a Spiriman, dan una imagen muy distinta de esta tierra. El médico granadino Jesús Candel ha fallecido a los 46 años, justo cuando se iban a cumplir seis años de la gran manifestación que fue capaz de aglutinar a miles de personas de muy distinta ideología (o de ninguna) para reclamar entonces la marcha atrás en una decisión de la Junta de Andalucía que deterioraba de forma grave uno de los principales servicios públicos, la sanidad. Aquel movimiento consiguió parar la fusión hospitalaria y es uno de los pocos precedentes de un terremoto popular de esa magnitud en Granada.

Las lágrimas que muchas personas derramaban el viernes junto a la Fuente de las Batallas eran por ese hombre que los había guiado durante este tiempo, pero seguro que también tenían mucho que ver con un sentimiento de orfandad, al creer que ahora no habrá nadie que defienda los intereses de la gente normal. Está claro que Candel, con sus grandes luces y sus enormes sombras, no era un salvador, pero el hecho de que muchos lo crean así es un síntoma de que algo importante falla.  

  

       

    

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