Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Ilusa Garnata

Garnata era muy hermosa pero ilusa y su inexperiencia con los dioses del olimpo andaluz la habían llevado a la condenación

Garnata se encontraba vagando ingrávida por los confines de la Nebulosa Estatutaria, se dirigía sin rumbo, desposeída de todo por el infame olimpo andaluz, desolada por su injusta situación y por el engaño que Bleus y Andalucía le habían infligido ¿45 años condenada por desafiar su falsa paternidad?

La indignación la embargó y sin más decidió sacar del bolsillo de su túnica encarnada el elixir esmeralda que Seques le había dado, apresurándola a que lo tomara para liberarse de su larga y desventurada condena. Además el elixir del Garnadexit me hará recuperar mi tierra y mi libertad -pensó-.

Cuando estaba a punto de tomar el flúor liberador, una voz seductora le habló profundamente: Garnata, ¿no beberás esa pócima embrujada, verdad? Aunque ahora censures la severidad de tus dioses, si lo haces, quedarás eternamente condenada en este confuso universo al que te han enviado. Si no la tomas, serás perdonada por Andalucía y por Bleus Infame.

¿Quién eres tú? -le preguntó Garnata observándolo fascinada y dejando a un lado el delicado frasco con el elixir del Garnadexit-. Soy Morfeo Politikón, el sumo zoon politikón del olimpo andaluz, y he venido a sacarte de este turbador y errático camino. Unas veces seré de diestras y otras de siniestras, pero siempre defenderé tus intereses, seré tu más fiel paladín, te liberaré de tu cautiverio y te ayudaré a recuperar tu tierra, tus posesiones y a tus gentes.

Garnata se sintió abrumada, a la vez que atraída por este ser fascinante. Morfeo, por su parte, pensaba que iba a serle bastante sencillo someter a la díscola y traidora Garnata, y conseguir que permaneciese sumisa, silente y durmiente durante cuatro décadas de andadura por el universo infantiano. Con ello habría cumplido la misión que le había encomendado su diosa Andalucía.

Garnata era muy hermosa, pero era ilusa y su inexperiencia y buena voluntad con los dioses del olimpo andaluz y sus favoritas la habían llevado a la condenación. Pero él no tenía escrúpulos, su posición en el olimpo, colmado de privilegios y regalías, era innegociable, y engañaría a Garnata todo lo necesario para mantenerla silente y evitar su liberación.

Garnadexit, Garnadexit, Garnadexit -dijo de pronto con tono seductor- ¿no ves que sólo se trata de una nadería propia de un sabio despistado? ¿Quién eres tú sin tu diosa, sin Andalucía? Ella es tu madre -Garnata pensó que mentía, pero seguía magnetizada por aquel ser que, por otra parte, le estaba prometiendo todo lo que ella deseaba-. Acompáñame a los confines de la galaxia infantiana, quiero enseñarte algo, y tomándola de la mano, flotaron juntos hasta el umbral del agujero negro 28F1980.

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