Lucía y el sexo

La de Verónica es otra de esas muertes que deben provocar la creación de una conciencia para el respeto

Es para estudio el hecho de que el sexo sea tan serio y, por el contrario, provoque tanta risa, vista la muerte de Verónica. Es para estudio que se presuma tanto de practicarlo pero que, a la vez, cause tanta vergüenza, visto el suicidio de Verónica. Son contradicciones de relieve. La clave de estos antagonismos puede que esté en el contexto, público o privado, vista la decisión de Verónica. El hombre siempre ha gozado de la practica del sexo como un derecho natural que sigue, aún por muchos, queriéndose enmarcar es una necesidad irrefrenable y por lo tanto que hay que satisfacer. Como si el hombre fuera a reventar en añicos por no practicarlo cuando quiere, como quiere y con quien quiere. De manera interesada a lo largo de toda la historia humana, el varón ha practicado sexo incluso sin que la mujer lo deseara. Hace unos días un juez mandó a la cárcel a un hombre porque le imponía a su esposa practicar sexo en contra de la voluntad. En el siglo XXI las mujeres seguimos siendo víctimas de una injusticia histórica que ya denunciaba, hace casi cien años, Lucía Sánchez Saornil con unas palabras que parecen escritas esta semana: "La mujer fue en la sociedad hasta ayer mismo, objeto de menosprecio, del menosprecio más humillante (…) Y así, a través de los siglos, las sociedades fundadas por hombres, integradas por hombres, relegaron a la mujer a los últimos peldaños de la escala zoológica. Se le ha llamado algunas veces animal de placer, pero yo os aseguro que no fue ni aun eso, sino testigo atormentado y pasivo a la vez del placer de los demás". La sexualidad femenina, llegó a ser catalogada por "expertos de la medicina", como el motivo natural que nos hacía seres inferiores. Seres enfermos a los que llamaban "histéricas" por lo que nos castraban el útero y los ovarios. Toda esta salvajada, veo que sigue en el presente. Verónica hizo sexo, como quiso, con quien quiso. Incluso se dio el gusto de grabarlo para hacer eso que se llama sexo on line, más a la moda de lo que quieran imaginar. La sociedad no perdona que una mujer pueda grabarse una escena íntima que para muchos hombres resulta un divertido video sexual, objeto de la humillación. Un comportamiento machista en la sombra. Le causará risa a esa persona desalmada, machista, despechada que la traicionó viralizando el vídeo de su intimidad Grave es que ni en su trabajo, conocieran las competencias que les otorga el derecho de auxilio a una mujer acosada. La de Verónica es otra de esas muertes que debe provocar la creación de una conciencia que enseñe a vivir con respeto.

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