Bloguero de arrabal

pablo Alcázar

Manolo, el urbano

HAY países como Suiza en los que celebrar un referéndum es bastante fácil. Aquí, no. Y sin embargo, este sería el momento de preguntar qué modelo de policía preferimos. Si el vetusto modelo de Manolo, guardia urbano o los eficaces policías de movilidad anti persona o Frasco el alguacil de mi pueblo o la guardia civil o los Mossos d'Escuadra que, últimamente, están dando algunas pruebas de eficacia letal. Los que estuvieran preocupados porque el futuro estado hermano catalán iba a estar desprotegido y sumido en el caos cuando la Benemérita lo abandone, ya no tienen de qué preocuparse. Los que sí podrían inquietarse son los delincuentes con problemas cardíacos porque, a veces, cuando son atendidos por esta policía autonómica, se les para el corazón. Los métodos de los mossos son mucho más de policía de proximidad que los de, por ejemplo, la policía secreta de Franco. A los mossos no se les suelen tirar los presos por las ventanas en las comisarías en vuelos arriesgados. Si algún detenido muere al relacionarse con ellos, se debe más que nada a contactos severos de los policías con los detenidos. No sé si la fama que tenía la Benemérita, en tiempos de Franco, es lo que hacía que nos inclinásemos por el espécimen 'Manolo, guardia urbano' puesto de moda por una película de los 50. Este urbano era bonachón, cercano y cosmopolita, porque, como los policías ingleses, iba desarmado. O por los alguaciles de pueblo, que, al menos con los niños, no utilizaban nada más que el espantajo del mantequero, que era un peligro virtual con saco a cuestas que se paseaba por los límites del término municipal, nunca visto de cerca por la infancia, pero del que se decía que traficaba con los órganos y 'mantecas' infantiles, que extraía de los niños que se atrevían a traspasar las fronteras del pueblo. Según nos contaba Frasco, el sacamantecas vendía su botín en el extranjero a familias ricas con niños enfermos que esperaban la salvación de las 'mantecas' de los boyantes niños españoles de la posguerra. A los guardias, a uno le gusta tenerlos cerca, cuando te atracan en tu portal y lejos, cuando te saltas todos los semáforos de la Gran Vía. Luego, los hay más baratos y más caros. Lo más accesible para Ayuntamientos y Comunidades arruinadas es el somatén, cuerpo de voluntarios reclutados entre la gente de orden. Teniendo en cuenta estos datos, que los ciudadanos puedan elegir en referéndum qué cuerpo nos conviene, sería participativo.

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