Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Pedro, ¿‘el enterrador’ del PSOE?

El partido tiene un lastre en un presidente considerado servidor de Puigdemont y compañía

Cuando un partido recibe un descomunal varapalo en elecciones locales o regionales suele decir que los resultados no son extrapolables a nivel nacional, aunque dirían lo contrario si el castigo hubiese sido a la candidatura adversa. Sin embargo el derrumbe en las gallegas ha sido tan abrumador para el PSOE –el peor resultado de su historia– y de paso para el coaligado Sumar y el casi desaparecido Podemos, que voces en el propio partido piden un análisis a fondo de la crítica situación que atraviesa el PSOE comandado por Pedro Sánchez que ha conseguido perder todas las elecciones –incluidas las generales del 23-J–, y ha sido el responsable de haber reducido a límites nunca conocidos el peso, regional y local, en todo el país. Donde ha aparecido Sánchez en las últimas convocatorias para apoyar a los candidatos socialistas, creyendo, en su vanidad, que su figura y políticas los beneficiarían, el varapalo ha sido generalizado, salvo pocas excepciones. Muchos desalojados socialistas –a veces injustamente, por su trayectoria- , en privado, culpaban de su debacle al impopular presidente.

Esa resistencia ciudadana a las permanente genuflexión a separatistas, aceptando todas sus exigencias, en un permanente chantaje, se ha incrementado en esta legislatura cuando Sánchez permanece en el poder –lo único que le interesa– por los siete votos del partido de un prófugo de la justicia como Puigdemont. Se pueden aceptar las humillaciones por interés crematístico, pero se comprenderá que los ciudadanos, cuando tienen ocasión de expresarse, rechacen a un presidente que muchos consideran fiel servidor de Puigdemont, capaz de aceptar lo que le mande el prófugo de Waterloo que, por si fuera poco, en plena negociación de la amnistía, ha elevado al Parlamento catalán una moción de proclamación unilateral de independencia. Por eso hasta García-Page se ha sentido satisfecho de que Puigdemont –es decir Sánchez, su representante– no haya ganado en Galicia.

Este rechazo generalizado al PSOE de Sánchez ha encendido las alarmas de un futuro naufragio, porque aunque pueda salvarse esta legislatura por el apoyo independentista, a tan alto precio, se están liquidando todos los puntos de referencia de un partido cave en la historia de España. El sanchismo, arrodillado ante delincuentes y supremacismtas, puede reducir esa influencia a cenizas. Le lección gallega se une a todas las demás donde la presencia de Pedro ‘el enterrador’, como algunos lo laman, ha hecho huir en desbandada a sus electores.

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