Suministros

Esta situación pone de manifiesto la debilidad en la que el mundo en que vivimos nos pone a los ciudadanos

Llevamos unos días recibiendo informaciones relativas a la escasez de suministros de determinadas materias y productos que están presentando grandes desabastecimientos en la cadena de producción de muchos bienes y servicios de amplio consumo.

A Ikea le faltan accesorios, en El Corte Inglés se ha racionado la entrega de videoconsolas, las empresas de vehículos no pueden hacer frente a la demanda ante la ausencia de los microchips que se necesitan para el montaje de vehículos y se nos anuncia que faltarán regalos de navidad y bebidas y otros muchos productos.

Parece que la pandemia ha hecho muchos más daños que los apreciados en términos de mortalidad y morbilidad, habiendo paralizado la fabricación de elementos esenciales para muchos productos que podemos echar en falta en los próximos meses.

Lo que esta situación pone de manifiesto claramente es la debilidad en la que el mundo global en el que vivimos nos pone al conjunto de los ciudadanos; y es que no sabemos cuánto de cierto hay en estas noticias apoteósicas y cuanto hay de intención por fomentar el consumo masivo de una manera premeditada o, incluso, para generar un desasosiego que sea caldo de cultivo para que crezcan los planteamientos populistas y totalitarios.

En ese sentido me preocupa especialmente que este tipo de noticias, unidas al impacto que ha tenido la pandemia en la vida cotidiana de la gente, pueda generar en las personas más jóvenes de nuestra sociedad una situación de incertidumbre y de pérdida de crédito sobre la posibilidad de un futuro mejor basado en el esfuerzo continuo y cotidiano de cada uno de nosotros.

Estas situaciones son propicias al impulso de actividades lúdicas y superficiales, que siendo necesarias en ocasiones, son bases poco sólidas para la construcción de un futuro mejor. Por eso a mí me preocupa especialmente que seamos capaces desde las instituciones públicas y desde el conjunto de la sociedad de poner estas cosas en su justo termino y de sacarlas del carril de los bulos, los comentarios de actualidad y el cotilleo porque, al final, de todo esto queda un poso de pesimismo que no nos conviene.

Tomemos en serio estas situaciones para darle respuesta seria y rigurosa y consigamos así transformar en positivo el camino hacia el futuro.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios