Desde que Juanma Moreno ha dicho que ya “no hay excusa” para “poner a Granada en el lugar que le corresponde”, no paro de preguntarme si es que en algún momento de nuestra historia reciente ha habido alguna excusa para no poner a Granada en el lugar que le corresponde.
Para contextualizar sus declaraciones, el presidente autonómico ha aludido a que su partido ahora gobierna en la Junta –hace ya más de 4 años–, en la Diputación y en el Ayuntamiento de Granada –hace unos meses–, pero se ve que ese requisito sine qua non que necesita Granada para que se le de “el lugar que le corresponde”, a su juicio no es suficiente, porque para otorgarle a Granada ese lugar necesitan además hacerse con el Gobierno central. O sea, que, tal y como está de funesto el percal a nivel nacional, el póker de ases que nos plantean para procurar que Granada progrese es más que difícil.
Y me pregunto yo ¿es que para situar a Sevilla y a Málaga en “los lugares que les corresponden” han necesitado gobernar a la vez en todas las Administraciones: estatal, autonómica, provincial y local? La respuesta es un no rotundo. Aquí se le ha otorgado a Sevilla y a Málaga, no ya “el lugar que le corresponde”, sino un lugar absolutamente privilegiado, desde todos los gobiernos y todos los partidos que han gobernado, independientemente de que PP y PSOE gobernaran en unas Administraciones o en otras. Con el PSOE en la Junta, Sevilla ha progresado durante 40 años y ahora sigue progresando con el PP, al igual que Málaga lo ha hecho con un alcalde popular y una autonomía socialista.
Todo ello demuestra que no hay excusa alguna que pueda justificar el abandono y la postergación de Granada por todos, que no ha progresado ni con unos ni con otros porque aquí todos sin distinción han optado por priorizar a Sevilla y Málaga y, para “el resto” han optado por la política de no disgustar a los jefes autonómicos y nacionales, por recentralizar todo lo que han podido, y por dejar para lo último a Granada, total, con asomarse a San Nicolás y contemplar la Alhambra y Sierra Nevada, los granadinos ya van más que aviados.
Granada necesita desde hace 43 años que se la ponga “en el lugar que le corresponde” por derecho propio, y los gobernantes de todos los signos políticos nunca han tenido, ni ahora tampoco tienen, ninguna excusa para no hacerlo. Urge el progreso de Granada. Sin excusas.
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