La mitad de talento

La ciencia y la tecnología son áreas donde la discriminación de las mujeres es aún demasiado evidente

Esta El día 11 de febrero es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Como todas las efemérides, es necesaria y, a la vez, insuficiente. Es necesaria porque el trabajo de las mujeres que se dedican a las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) sigue siendo invisible y aún es necesario crear referentes femeninos para que también las niñas se sientan inclinadas a elegir esas profesiones.

Los datos siguen siendo, también en esto, demoledores: las mujeres representan el 33% del personal investigador mundial, pero solo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales. Son ellas, también, quienes suelen recibir becas de investigación más modestas que los investigadores. En campos de vanguardia, como la Inteligencia Artificial, solo uno de cada cinco profesionales es una mujer, solo el 28% de licenciaturas en ingeniería o el 40% en informática o computación son de mujeres. Por supuesto, las investigadoras suelen tener carreras más cortas y peor pagadas, su trabajo está poco presente en las revistas de alto nivel y con demasiada frecuencia no se las tiene en cuenta para los ascensos.

Y no es que la ciencia y la tecnología sean las únicas áreas en las que las mujeres están discriminadas, pero sí dónde esa discriminación es aún demasiado evidente. Por eso todas las iniciativas que persigan contrarrestarla son adecuadas y oportunas.

El Día Internacional, la Noche Europea de l@s Investigador@s, páginas web como 11defebrero.org, campañas como #NoMoreMatildas, películas como El enigma de Agustina…todo, todo ayuda.

Es insuficiente porque la brecha salarial en el sector TIC (en datos de la Encuesta de Población Activa de 2019) es del 8,9% a favor de los hombres. En un mundo que avanza claramente hacia la digitalización y la robotización, atraer a más niñas y mujeres a los estudios tecnológicos y del sector digital es una forma de prevenir las consecuencias negativas de las diversas discriminaciones que sufren las mujeres también en este ámbito.

Ahora que Granada vuelve a tomar impulso y se plantea una estrategia conjunta de todas las instituciones y los agentes sociales para que la salida de la crisis sea por medio de un modelo productivo basado en la ciencia y en la innovación, ahora es el momento de no olvidar que el 50% de las personas que habitan en Granada son mujeres, o niñas que crecerán hasta ser mujeres y que ellas necesitan modelos, referentes, espejos en los que mirarse. De lo contrario, corremos el riesgo de desaprovechar esa mitad de talento que buena falta nos hace.

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