Tribuna

María Escudero

Exconcejal del PSOE en el Ayuntamiento de Granada

¿Para qué queremos ser Capital Cultural?

Sólo entre todos podemos recorrer este camino, es necesario proponer un pacto colectivo, de la ciudadanía y de las instituciones, de la iniciativa privada y de las administraciones

La Orquesta Ciudad de Granada, en un concierto de esta temporada en el Falla.

La Orquesta Ciudad de Granada, en un concierto de esta temporada en el Falla. / Álex Cámara

A propuesta de que la Ciudad de Granada presente su candidatura a ser declarada Capital Cultural Europea en el año 2031 (coincidente con el V Centenario de nuestra Universidad), por parte de las autoridades europeas tiene ya varios años de recorrido, aunque no se puede decir que conozcamos cuales son las pretensiones que tenemos como ciudad al aspirar a tan alto privilegio.

Nuestra posición de partida para competir por la declaración es buena, no sólo por nuestras capacidades, en las que todos nos reconocemos, somos la ciudad cultural de Andalucía, ¿o lo éramos?, por fin disponemos del Legado de Lorca y de un lugar privilegiado para la difusión de su obra, Granada es además Ciudad de la Literatura tenemos uno de los monumentos más visitados de España; y vivimos de la explotación de nuestro patrimonio cultural convertido en producto de consumo por mor del turismo de masas, además el impulso creativo de la ciudad con o sin apoyo institucional es notorio, todo ello ha sido reconocido en evaluaciones sobre Ciudades Culturales y Creativas realizadas por observatorios especializados europeos.

La apuesta por la Declaración de la Comisión Europea ha sido presentada y asumida por diferentes gobiernos municipales y también han mostrado su apoyo a la misma la Junta de Andalucía y el Gobierno de España. Hasta aquí todo es normalidad para un acontecimiento que debe convertirse en una oportunidad para Granada, las fotos institucionales y algunos foros de especialistas promovidos por el Ayuntamiento, aunque no sólo, no han producido aún un documento base, una metodología de trabajo, un plan de comunicación, en fin que estamos pensando realizar un viaje pero no sabemos dónde ir, ni quien va a acompañarnos, por no saber no sabemos ni de cuanto presupuesto vamos a disponer. Sin querer ser negativa parece que queramos viajar a un lugar, aún desconocido, sólo con la idea de poder contar que hicimos el viaje. La candidatura de Granada a ser declarada Capital Cultural Europea debe ser como un verdadero viaje, que trasforma a quien lo realiza y nos lleva a través de la preparación y el conocimiento a un lugar que ya siempre formará parte de nosotros, para que cuando lleguemos ya nunca seamos los mismos.

Se puede decir que hay tiempo, los estados seleccionan las candidaturas seis años antes, la Comisión designa con cuatro años de antelación, pero sea mucho o poco el tiempo que tenemos depende de lo que queramos ser, de a donde queramos ir y para qué, podemos aprovecharlo o no conseguir nada, ir a un lugar sin estar en él, conseguir la candidatura sin que ella reporte apenas unos fastos más o menos lucidos para la ciudad, hacer el viaje sin que nos transforme.

Las ciudades españolas, Madrid, Santiago de Compostela, Salamanca y San Sebastián, que han tenido el privilegio de ser elegidas como capitales culturales por las instituciones europeas han aprovechado el reconocimiento para rehabilitar las ciudades, potenciar su perfil internacional, reforzar la cohesión social y la identidad cultural de las mismas e impulsar el turismo.

Espero que entre todos podamos evitar que este sea un viaje a ninguna parte

Para conseguirlo debemos concebir la ciudad como un espacio para la cohesión social y el desarrollo de la ciudadanía, para ello es necesario hacer un plan de desarrollo urbano integral que abarque todas las políticas que se desarrollan en el territorio, integrar la cultura en la gestión del territorio para llevar a cabo una planificación estratégica que tome como referencia a la cultura en su más amplia expresión con un enfoque contemporáneo. Entender la ciudad como el espacio del ejercicio de los derechos culturales de todas y todos sin exclusión. Preservar el patrimonio cultural, a la vez que hay que hacer compatible la convivencia entre visitantes y residentes.

Sólo entre todos podemos recorrer este camino, es necesario proponer un pacto colectivo, de la ciudadanía y de las instituciones, de la iniciativa privada y de las administraciones, de todas, especialmente de la Autonómica que tiene competencialmente más responsabilidad. Hay que hacerlo participado y para ello debemos tener un modelo de gobernanza abierto, participativo.

Entrando en lo concreto ¿servirá la Capitalidad Cultural para preservar el paisaje, los paisajes culturales de nuestra ciudad, el Albaicín, la Vega, para contener la degradación del paisaje construido, de los espacios públicos? ¿Nos permitirá pensar en mejorar el centro histórico y con ello solicitar la ampliación de la declaración de patrimonio mundial a la Granada barroca y renacentista haciéndolo desde la innovación y no desde el conservadurismo? ¿Podremos soñar con una adecuada planificación de nuestros equipamientos culturales y de ella saldrá la necesidad de un nuevo Museo para nuestra ciudad? ¿Tendremos por fin una sede para la Biblioteca de Andalucía? ¿Será una oportunidad para de una vez por todas reconocer que nuestra economía se basa en la cultura y la explotación de sus recursos y actuaremos en consecuencia? ¿Seremos capaces de atender a las "nuevas" expresiones culturales vinculadas a las tecnologías y al conocimiento? ¿Dejaremos de depositar en la Alhambra todo nuestro desarrollo para ser capaces de diversificar nuestras oportunidades? ¿Tendremos, por fin, inversiones para impulsar iniciativas culturales?

El gobierno socialista de la ciudad hizo una fuerte apuesta y puso las bases para iniciar el camino, un equipo técnico de trabajo para diseñar la metodología, unas Jornadas de ciudades creativas, una Exposición sobre la Capitalidad Cultural de San Sebastián, un proyecto de Simposium que no se ha realizado y la movilización de agentes sociales y culturales, una serie de aniversarios como hitos para conducirnos al 2031, así como la petición de cooperación y apoyo institucional entre las que destaca el impulso a la presentación de una proposición no de Ley en el Congreso de apoyo a la iniciativa de Granada.

El actual alcalde además de debilitar la acción cultural municipal, sobre el proyecto de 2031 hasta ahora ha anunciado un plan estratégico en seis meses que ya han transcurrido sin que se haya presentado, una serie de comparecencias un tanto improvisadas y parece que es inminente la presentación de un logotipo.Espero que entre todos podamos evitar que este sea un viaje a ninguna parte.

Dedicado a Melina Mercouri, que fue Ministra de Cultura de Grecia y promotora de la Declaración de ciudades Capital Cultural Europea en 1984.

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