Una variante de un gen vinculado a la longevidad ayudaría a impedir una degradación de la memoria y evitar la demencia entre las personas ancianas, según un trabajo publicado por el Journal of the American Medical Association (JAMA) que podría abrir un nuevo enfoque contra el alzhéimer.
Los investigadores partieron de la hipótesis de que una variante del gen CETP descubierto en 2003, que juega un papel en la longevidad, podría también actuar para preservar la salud cerebral de las personas que envejecen.
Esta variante genética produce una proteína que incrementa el colesterol bueno (HDL) en la sangre.
Los autores del estudio analizaron los datos médicos de 523 personas que participan de un estudio en curso sobre el envejecimiento, denominado Einstein Aging Study y financiado por el Gobierno federal estadounidense.
Esta investigación ha seguido durante 25 años a ancianos residentes del barrio neoyorquino Bronx.
En el inicio del estudio, los 523 participantes, todos de 70 años y más, no sufrían ni demencia ni problemas de memoria. Muestras de su sangre fueron analizadas para determinar si eran portadores de la variante del gen CETP.
Luego fueron seguidos durante cuatro años en promedio y testeados anualmente para evaluar la tasa de su disminución cognitiva, la incidencia del alzhéimer en el grupo y otros cambios, explicó la doctora Amy Sanders, profesora de la Universidad Yeshiva.
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