La Alhambra conquista Granada en una jornada expléndida con ganas de que fuera otra vez Domingo de Ramos. Porque con el mal tiempo que ha hecho este año, las ganas de Semana Santa no se han saciado aún.

La jornada la protagonizó en exclusiva la única hermandad del día, la de Santa María de la Alhambra, el máximo exponente de por qué la Semana Santa de Granada es de interés turístico internacional. Tener una cofradía con el cortejo tan elegante que saca esta hermandad, con un paso como el que tienen y una imagen como la tallada por Torcuato Ruiz del Peral, y además pasando por el recinto de la Alhambra, por el Arco del Vino, la Puerta de la Justicia y la de las Granada, es algo único. Y los granadinos y turistas lo saben y son cientos las personas que acompañan a esta hermandad por este paraje, para lo que el Patronato y la propia corporación reparten pases para limitar el aforo en base a las restricciones que necesita el monumento.

Y ante esta conjunción de belleza el tiempo no podía fallar. Por fin la jornada estuvo tranquila y la hermandad pudo completar su estación de penitencia sin problemas. Y este año lo necesitaban más que nunca por los cambios que han introducido después de muchos años de trabajo.

El paso de la Virgen de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra salía por primera vez a costal y sin trabajaderas externas, un anhelo con el que soñaban en la hermandad y que finalente se ha podido llevar a cabo con un proyecto de renovación del paso que culminará con la realización de unos nuevos faldones.

Con este hecho histórico, que eliminaba por fin la estampa del paso más parecida a un trono malagueño, la hermandad completó su recorrido, también algo distinto al de otros años ya que en lugar de subir por la Cuesta de Gomérez como a la bajada, lo hizo por el Realejo, algo que no pasaba desde la Passio Granatensis en 2009.

La Virgen de la Alhambra, la primera imagen de Semana Santa coronada canónicamente en la ciudad, lucía sobre el paso adornado con iris morado, un exorno que hace lo hace mucho más elegante.

La hermandad tuvo dos de sus puntos álgidos con el paso por el arco del Vino y la Puerta de la Justicia. El primero por su estrechez y la segunda por su planta angulosa son dos de los momentos más difíciles de todo el recorrido y que requieren un esfuerzo costalero considerable, más este año con el cambio a costal en lugar de trabajadera al hombro como venían trabajando hasta ahora.

El cortejo de la corporación volvió a ser este año uno de los más numerosos. Y por ejemplo cuando la banda de Cruz de Guía, la del Cristo de las Tres Caídas, estaba ya en la Plaza de las Pasiegas, el paso de la Virgen estaba saliendo de la calle Ganivet, lo que demuestra el número de nazarenos y camareras que han puesto en la calle.

Y todo seguido por miles de personas ya que esta salida es la única del día y por lo tanto congrega a todo el público y que por su salida y regreso a la Alhambra hace la delicia de los turistas y visitantes, que son conscientes de que este marco es incomparable y que lo que ven es único en el mundo.

Detrás del paso, otro año más, la banda de música Virgen del Castillo de Lebrija (Sevilla), todo un placer para los amantes de la música de Semana Santa de calidad ya que por su número y afinación es de las mejores en su campo.