Martes Santo · La crónica.

Centenario para la historia

  • La jornada se completó con la Esperanza, Vía Crucis, Humildad y Lanzada

La Semana Santa de Granada se ha hecho mayor. Ayer sopló las velas con la celebración de los cien años de la hermandad del Vía Crucis, la protagonista del día y de toda la Semana Santa de 2017. Primer centenario de la hermandad decana y también de la Semana Santa moderna tal y como la conocemos hoy en día. Por ese motivo, la jornada se vistió de gala y todo salió como se merecía, perfecto.

Aunque fueron cuatro las protagonistas del día, este año el Vía Crucis se llevó la mayoría de las miradas y comentarios, compartiendo cartel con Lanzada, Esperanza y Humildad.

Granada regresó por unas horas a 1917 con la cofradía del Vía Crucis

Salió puntual desde San Juan de los Reyes con un cortejo lleno de detalles y recuerdos que hicieron volver por unas horas a la Semana Santa de 1917. Cerrando los ojos, sin ver los avances de la ciudad y sólo centrándose en sus filas y los pasos, podría trasladarse a su primera salida. El cortejo, las filas de nazarenos, los pasos, su exorno floral, la vestimenta de los titulares, el muñidor,... todo llevaba a hace un siglo.

El Señor de la Amargura lucía la túnica bordada por Sebastián Marchante estrenada el pasado mes de marzo en el Vía Crucis oficial, que protagonizó la imagen, de José de Mora y una de las de mayor calidad de la Semana Santa que no deja indiferente a quien la admira por su impronta y belleza. El paso exornado con calas blancas, cardos y hojas de magnolios, también tenía un detalle de antaño como fue la presencia de maniqueteros llevando la túnica primitiva de nazarenos de la hermandad, en color morado bordada, con antifaz en un tono más claro y capa blanca. Todo un detalle privilegio para quien ha tenido la suerte de contar con la túnica primitiva heredada de sus antepasados, uno de ellos el pregonero de la Semana Santa de este año, Luis Recuerda.

Los sones de la música de capilla imprimieron el recogimiento necesario para el carácter decimonónico que lleva esta corporación, llena también de referencias a los Reyes Católicos por su ubicación en San Juan de los Reyes, primera mandada bendecir por los mismos en 1492. Referencias en el paso del Señor y también en el de palio, que lleva en la candelería la Y y la F de Isabel y Fernando.

Un paso de palio clásico, de cajón, con el exorno floral en piñas, con una vestimenta de la titular a la usanza granadina más clásica y un repertorio musical que acompañó con marchas serias y fúnebres, completando el círculo del carácter de la hermandad, que vivió ayer un día histórico, una jornada que ya formará parte de su libro de vida y que sin duda servirá para seguir empujando el trabajo realizado por la corporación, que conserva el carácter granadino y hechos únicos como el rezo del Vía Crucis al regreso de las imágenes por la Carrera del Darro hasta San Juan de los Reyes.

Y aunque el Martes Santo de 2017 tiene nombre de Vía Crucis, el resto de hermandades del día acompañaron de forma excepcional convirtiéndose también en copartícipes en este cumpleaños cofrade.

De hecho, el Martes Santo empezó en el Zaidín, donde la cofradía de la Lanzada comenzó su salida penitencial en un año también especial para ellos porque según los proyectos de la corporación, será el último año que tengan que utilizar su 'basílica portátil', la carpa que montan en la puerta de la parroquia de los Dolores. Ya tienen aprobado su proyecto de 'La puerta hacia la Gloria', que comenzará a ejecutarse este verano y que permitirá a la hermandad salir ya a partir del año que viene desde el interior del templo. Así que importante jornada para la corporación.

Desde Santa Ana salió la cofradía de la Esperanza, que también tenía algo que celebrar este año: la primera salida penitencial tras conocerse la fecha de coronación canónica de su titular para el 13 de octubre de 2018. Impecable como acostumbra su cortejo y su estación de penitencia.

El Realejo tuvo su representación con la cofradía de la 'Cañilla', que puso en las calles un amplio cortejo que acompañó en estación de penitencia al Señor de la Humildad y a la Soledad, una corporación que dedicó este año su salida al cofrade Paco Toro, fallecido en septiembre de 2016, y al padre Álvaro Rodado, que murió también en abril del año pasado.

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