Otra vez Elche, otra vez de negro, pero con sensaciones distintas. Al Granada CF fue al conjunto que le cayó en gracia -o, más bien, en desgracia- la llamada 'sesión golfa' con la que cada verano la Liga maltrata a las hinchadas desde hace un par de campañas. Y si alguno tenía esperanzas de vencer al sueño con el espectáculo, a buen seguro se le desvaneció a los pocos minutos. Tuvo que ser al final cuando las emociones y sentimientos se pusieran a flor de piel.

Quizá lo que buscaba el técnico utrerano con la titularidad de Success era encontrar la mística, el déjà vu de una noche de verano de 2011. Un gesto romántico que permitió ocupar la línea ofensiva a un joven de 18 años que mucho tiene en común con el '7' que hizo soñar despiertos ese día a los 'filipinos'. Ante la ausencia de Ighalo, el preparador colocó a otro ariete también de tez morena, goleador y procedentes de una nación del África centro occidental: Nigeria.

Al míster se le pueden achacar muchas cosas, mas nadie podrá poner en duda su osadía y que si tiene que morir lo hará con su verdad, con lo que cree. "Máteme usted, pero no mienta", que diría el más célebre de los vecinos futbolísticos de Hortaleza. En general, la imagen fue positiva. Lástima que Success y los suyos acabasen empatando un choque que ganaban tras un gran gol de Fran Rico.