Minuto 42. Un tímido disparo de El Arabi lo bloca sin dudas ni problemas el arquero aún granadinista que defendió ayer la meta de la Real Sociedad, Olazábal. Y se acabó la mordiente de los de Los Cármenes. El Granada CF se las prometía muy felices tras su gran imagen en el Santiago Bernabéu de hace, únicamente, tres días antes, mas concluyó la noche desquiciado, sin ideas y con más corazón que cabeza y acierto. Los de Moyes, que acudían al feudo rojiblanco sin conocer el triunfo, 'robaron' los tres puntos a los granadinos sin aparente dificultad. Sandoval y los suyos llegaron más a la caja enemiga. Intentaron hasta seis disparos. Ambas estadísticas, empero, son mentirosas. No tuvieron ni una única ocasión clara de convertir y concluyeron la cita con sólo un chut entre los tres palos del arco rival -el narrado líneas antes de su ariete africano-. Los de San Sebastián plantearon mejor un choque que se les puso de cara casi desde el arranque y supieron vivir de las rentas ante la inoperancia de los del vestuario de al lado.

La escuadra 'filipina' no transmitió. La presión y el buen hacer de los txuri urdin impidieron que las conexiones en su medular fuesen productivas. Krhin fue el único que mantuvo el tipo, mal secundado por un desaparecido resto del centro del campo. Frente a dicha panorámica, que los rojiblancos creasen peligro era una quimera. Aunque que la Erreala se adelantase en la primera de sus coyunturas le facilitó bastante, cierto es, el trabajo.

El primer disparo se erigió en diana. Agirretxe rozó un centro-chut de Zurtuza ante la mirada pasiva de los zagueros local. En el segundo, un estruendoso error de Dória hizo que, de nuevo, el ariete vasco agarrase el cuero, encarase a Andrés Fernández y batiese el arco del murciano. Fue en su segunda opción de tiro, después de que la bola le rebotase en el brazo. Su triplete lo completó con una gran acción dentro del área. Las cifras y sensaciones del choque, esta vez, sí reflejan la justificada y voluminosa caída granadinista.