Es habitual cuando los equipos disputan más en un partido entre semana, en el caso de los poderosos porque compiten también en Europa y en el de los más humildes porque de vez en cuando hay alguna jornada de Liga intersemanal, que los técnicos lleven a cabo las famosas rotaciones en sus onces iniciales. Las tres jornadas consecutivas están siendo especialmente comprimidas en el caso del Granada, que tras jugar el sábado en el Bernabéu y anoche ante la Real Sociedad, deberá visitar Mestalla el próximo viernes. Los tres partidos en seis días, sin embargo, no llevaron al técnico José Ramón Sandoval a hacer variaciones frente a los realistas respecto al once que jugó contra al equipo blanco. La única novedad fue la entrada de Babin en lugar de Lombán, cambio que no parece tener demasiada explicación pero que puede producirse a que el asturiano no acabó en perfectas condiciones físicas el encuentro del Bernabéu. El hecho de que tanto Salva Ruiz como Robert no puedan jugar contra el Valencia, club al que pertenecen y que los tiene cedidos en el Granada, hacía intuir que ambos iban a tener una oportunidad desde el inicio anoche, sobre todo en el caso del lateral al ingresar en la convocatoria tras tres jornadas ausente, pero no fue así.

idéntico sistema

El preparador madrileño también utilizó el mismo dibujo que en las dos anteriores jornadas, un 1-4-1-4-1 que respecto a los dos primeros encuentros ligueros frente al Eibar y el Getafe tiene como única modificación la posición de los centrocampistas en la medular. El doble pivote con media punta por delante se ha convertido en los últimos choque en un triángulo invertido con Krhin como medio defensivo único con Rochina y Javi Márquez más adelantados. Y fue precisamente en la batalla del centro del campo donde el Granada empezó a perder el partido. Illarramendi y Granero, con la notable ayuda de Zurtuza y Canales, ganaron con claridad la partida a los rojiblancos, que anduvieron bastante perdidos tanto cuando tenían el balón como cuando la posesión era de los visitantes. El sensacional trabajo, un día más, de Krhin, no fue suficiente ante el poco acierto de los demás, especialmente de Javi Márquez y Rochina. En ataque, tremenda dificultad para progresar, quedando en el limbo las buenas acciones y el gusto por el juego de toque exhibido contra el Real Madrid, y en defensa incapacidad para que la Real jugara y se acercara a las inmediaciones del área con relativa comodidad.

cambios

No tardó Sandoval en mover el banquillo, dando entrada al poco de iniciarse el segundo tiempo a Nico López y a Thievy por los desacertados Edgar y Rochina. No varió el sistema, aunque el menor sacrificio defensivo de los entrantes, que se volcaron bastante al centro dejando la banda entera casi entera para Biraghi, obligó a Javi Márquez a pegarse más a Krhin para ayudar atrás.

a la desesperada

En el cuarto de hora final, tras la entrada de Robert por el errático Doria, el Granada jugó con defensa de solo tres, con el incombustible Krhin incrustándose ahí cuando era necesario, Javi Márquez por delante, y cinco atacantes natos: Rober y Success en las bandas, Nico López de enganche y tanto El Arabi como Thievy arriba. No sirvió para nada. El partido se había entregado en el primer tiempo al perder la batalla del centro del campo.