Final · Holanda- España

La 'pequeña gigante' Holanda

  • ¿Cómo puede un país de apenas 16,5 millones de habitantes forjar un fútbol tan exitoso? ¿Por qué son tan buenos los holandeses?

Enorme historia para un pequeño  país: Holanda jugará mañana contra España su tercera final en un  Mundial, después de las que perdió contra Alemania en 1974 y contra  Argentina en 1978. 

"Si ganamos, seremos el mejor equipo en la historia de Holanda",  dijo un orgulloso Rafael van der Vaart ante el partido de mañana en  el estadio Soccer City de Johannesburgo. 

Pero lo cierto es que el país tiene una larga trayectoria, que  alcanzó su máxima perfección con el legandario equipo del 74  liderado por Johan Cruyff. 

¿Cómo pudo un país de apenas 16,5 millones de habitantes forjar un  fútbol tan exitoso? ¿Por qué son tan buenos los holandeses? 

En realidad, esa historia viene de la mano del propio Cruyff.  Antes de que el mejor jugador europeo del siglo comenzara a  despuntar a mediados de los 60, el once oranje apenas tenía  relevancia internacional. En 1963, se quedó incluso fuera de la  Eurocopa en la clasificación ante el modesto Luxemburgo. 

Pero de la mano de Cruyff y el también imprescindible entrenador  Rinus Michels el fútbol holandés salió de las sombras, desarrolló la  identidad propia del fútbol total y se hizo popular en todo el  mundo. 

El ideal del fútbol total significa que cada jugador puede  actuar en cualquier posición. Con su conformación del sistema 4-3-3,  el habitual aún en la selección de hoy, Michels perfeccionó un  esquema táctico siempre orientado al ataque, la agilidad y la  técnica. 

Los holandeses se ejercitan en este sistema desde las divisiones  inferiores en las famosas escuelas de fútbol que se extienden por  todo el país, desde Groningen a Maastricht. 

El centro de entrenamiento del Ajax de Ámsterdam, conocido como  De Toemkost (El futuro), tiene una superficie de 4.000 metros  cuadrados. Numerosos ex profesionales transmiten aquí sus  conocimientos a los más jóvenes, incluyendo a Marco van Basten. 

Por otra parte, la falta de recursos financieros tan boyantes como  los de los grandes equipos de Inglaterra, España, Italia o Alemania  obliga a los holandeses a concentrarse aun más en el trabajo en  inferiores. La principal beneficiada es la selección, que tiene  siempre disponible una generosa cantera de jugadores de gran calidad. 

El origen inmigrante de un niño no representa el más mínimo  impedimento. El modelo multicultural que comenzó a verse en años  recientes en otras selecciones europeas lleva 30 años siendo una  realidad en Holanda, cuyas ex colonias aportan desde hace tiempo un  buen caudal de jugadores. 

Entre estos estaban Ruud Gullit y Frank Rijkaard, que llevaron al  equipo a conquistar la Eurocopa de 1988. En los años 90, Patrick  Kluivert, Clarence Seedorf o Edgar Davids también se convirtieron en  rostro inseparable de la selección. Eljero Elia representa esa figura  en el equipo actual. 

La pequeña Holanda afrontará mañana a los poderosos españoles, que  juegan su primera final, con la convicción de que el menor puede ser  capaz de poner de rodillas al gigante.

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