Convención del PP en Sevilla

Rajoy: "España tiene sed de urnas"

  • El líder del PP ha expresado que "empieza un nuevo tiempo político" donde las iniciativas deben ir encaminadas a "encabezar un proyecto de recuperación nacional".

Mariano Rajoy ha cerrado la convención que su partido ha celebrado este fin de semana en Sevilla con la habitual arenga a los militantes y un discurso de claro tono no ya mitinero, sino directamente presidencialista en el que ha llamado a la confianza, al esfuerzo y al trabajo no sólo de los militantes y simpatizantes de la sociedad, sino de todos los ciudadanos.

La intervención del presidente del Partido Popular, a la que asistieron los padres de Mari Luz Cortés y Marta del Castillo, comenzó con dos de los mantras más repetidos por casi todos los que han ocupado las tribunas estos días: Juan Ignacio Zoido es el alcalde que se merece Sevilla y Javier Arenas el presidente que merece y necesita Andalucía. Rajoy ha ensalzado la “constancia, tesón y trabajo bien hecho” de la rama andaluza de su partido y ha asegurado que gracias a ese trabajo “hoy los andaluces están con nosotros y nosotros con ellos”.

Tras el elogio a sus compañeros andaluces, Rajoy retomó el lema del encuentro, Puedes confiar, para decir que han querido que fuese “la convención de la confianza”. “Se puede confiar”, continuó, “en las posibilidades de España y en las capacidades de la sociedad española”. Y, de nuevo, la llamada al cambio político: “España tiene sed de urnas, quiere cambio; dejar atrás la fractura social, el debilitamiento de la nación y el deterioro de valores básicos en nuestra sociedad”. Ese cambio llegará, dijo, de la mano de su partido: “Los españoles miran al PP. Saben que somos quienes podemos hacer que las cosas cambien. Pero la confianza no se regala, se merece”.

Pese a que proclamó que no quería “hablar del pasado”, “criticar al Gobierno y sus errores porque todo el mundo los conoce”, hizo justo eso, repasar las cifras del paro, las subidas de los servicios básicos, los recortes a los funcionarios, la congelación de pensiones, las pymes, los autónomos, los jóvenes...

Rajoy dijo que “estamos ante una nueva etapa” en la que el objetivo de su partido es “reconstruir la confianza de los españoles y encabezar un proyecto de recuperación nacional”, para que España vuelva a la senda del crecimiento y de la creación de empleo, “la mejor política social” para garantizar pensiones y servicios públicos, según el líder del PP, que añadió que parados, jóvenes y emprendedores “son parte de nuestro plan”, definió su formación como “el gran partido reformista de España” y remarcó la urgencia de modernizar la economía a través de un “gran proyecto nacional, un plan global”.

Tampoco se olvidó de la austeridad sobre la que los populares tanto han insistido en los últimos tiempos, y prometió que se comportarán “como una familia que no gasta lo que no puede”. Esa austeridad y ese compromiso para contener el déficit y el endeudamiento serán la clave, dijo, para que España recupere la confianza perdida en la escena económica internacional.

En la convención popular se ha hablado bastante de políticas sociales, y también estuvieron presentes en el discurso de clausura, en el que aseguró que la justicia social -que “no es patrimonio de ninguna fuerza política”- “no se defiende con bonitas palabras, sino llevando bien las cuentas y haciendo reformas”. Rajoy prometió defender la familia, “el motor del progreso social”, y de ahí pasó a la educación, que debe ofrecer una formación de calidad, que “favorezca la promoción social” y se sustente en el esfuerzo, el respeto al profesor y las reglas que rigen la convivencia. No quieren, explicó, “niños meramente instruidos, sino educados”.

Rajoy habló de la Constitución como “la única garantía de los derechos y libertades de todos los españoles”, y aseveró que defenderán también el Estado de las Autonomías, “un patrimonio de todos”, porque unas autonomías fuertes pueden impulsar el conjunto del país, que también necesita una democracia fuerte en la que las leyes se respeten y se cumplan y las instituciones gocen de la fortaleza que merecen. Y en esas instituciones no tiene cabida el terrorismo, que “sólo terminará con la ley”: “Los terroristas no pueden participar en la vida y en las instituciones democráticas”, dijo.

El presidente de los populares aseguró que su formación recibirá (da por hecho que ganará las próximas elecciones generales) la “peor herencia que haya recibido un gobierno democrático en España”, pero proclamó que no le asusta el reto y que está dispuesto a afrontarlo con la ayuda no sólo de sus bases, sino la de todos los españoles, a los que convocó a trabajar juntos para sacar al país de la crisis -“a nadie le preguntaremos de dónde viene, porque la abnegación, el patriotismo y la buena voluntad no son de ningún partido”- y construir “una España sin discordias”, en la que no “se invente una excusa cada trimestre para dividir”, y terminó animando a los 3.000 afiliados presentes en el hotel Renacimiento de Sevilla a trabajar para construir junto a los ciudadanos “el futuro de esperanza que queremos para nuestros hijos”.

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