Patrimonio

La Alhambra invierte medio millón para recuperar el Albercón del Moro

  • Es una actuación que se desarrollará gracias a un convenio de colaboración con la Universidad de Granada

Restauración del Albercón del Moro en el Campus de Cartuja.

Restauración del Albercón del Moro en el Campus de Cartuja. / G. H.

El Patronato de la Alhambra y Generalife invertirá 500.000 euros para la recuperación del Albercón del Moro, el templete y su entorno, ubicado en el Campus de Cartuja.

La financiación de este proyecto se aportará a través de una subvención nominativa recogida en un convenio de colaboración firmado con la Universidad de Granada.

"La Alhambra cumple así con el compromiso adquirido con la universidad granadina para invertir en esta intervención, que permitirá recuperar un espacio de gran valor patrimonial y convertirlo en un área abierta para la ciudadanía", ha destacado la directora del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocío Díaz.

La rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, por su parte, ha agradecido la colaboración del Patronato de la Alhambra y Generalife en este singular proyecto que, como ha reiterado, "pretende recuperar un elemento prioritario, por su singular interés, dentro del proyecto integral para la puesta en valor del Campus de Cartuja", un espacio periurbano con un alto contenido histórico y paisajístico que la Universidad de Granada desea poner al servicio de la ciudad.

Según reseñas históricas, el Albercón del Moro (también conocido como Albercón de Cartuja) sirvió como recipiente de agua, tanto en el período nazarí, como en su prolongación morisca.

Los hallazgos en la cima del campus cartujano en el Albercón del Moro, de los restos arquitectónicos de cármenes granadinos provenientes del siglo XIII, donde según los arqueólogos estaban definidos por una muralla perimetral con cuatro torres de vigía, abundante agua, surtidores, fuentes y jardines a la nazarí (similares a los existentes en la Alhambra y el Generalife), abren una nueva linea de datos para completar las lagunas existentes en ese periodo de esplendor del reino musulmán, en unos tiempos donde la diplomacia del gran estadista nazarí, Ibn al-Jatib (doble visir del sultán) y la figura cómplice del joven monarca Muhammad V, lograban una paz estable con sus vecinos occidentales que en ese siglo andaban de cabeza con sus guerras dinásticas.

La Granada andalusí bien definida en su estabilidad de plataforma urbana islámica gracias a su extensión amurallada, sin embargo en sus relaciones a extramuros no está tan bien definida. Se conoce que ya Alfacar era tenido como un lugar de reposo en el "veraneo" nazarí, también el Soto de Roma o los palacios del sultán Abu Said en la vega como una almunia exuberante o la Granada abierta hacia el Genil y la Carretera de la Sierra, pero los hallazgos de los restos de una "urbanización" de alto poder adquisitivo perimetrada y urbanizada a 200 metros de la Puerta de Fajalauza, aprovechando el frescor natural de sus medias laderas, es un foco de luz sobre un pasado que no cesa.

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