Estudiantes del Real Conservatorio Superior de Música Victoria Eugenia se han concentrado esta mañana para “denunciar públicamente las lamentables condiciones en las que la Junta de Andalucía mantiene a nuestras enseñanzas”. El acto, organizado con motivo de la festividad de Santa Cecilia, ha servido para que los matriculados en este centro planteen sus reivindicaciones a la Administración.

En la lectura del manifiesto señalaron que “a día de hoy falta un profesor de Lenguaje Musical, cuya incorporación tardía derivará en una docencia apresurada y para salir del paso de la misma, repercutiendo negativamente en la formación troncal del alumnado”.

Además, destacaron “la ausencia absoluta de cabinas de estudio para los más de 500 alumnos del centro se ha intentado remediar, de forma insuficiente, permitiendo que los alumnos vayan a estudiar en horario de mañana a otro centro, ejercicio de disponibilidad limitada”.

También criticaron “el mal aislamiento de las aulas” que “crea condiciones climáticas muy deficientes que hacen alcanzar temperaturas extremas que dificultan la tarea de los estudiantes, sumado a la falta de cafetería, y el minúsculo espacio habilitado para comer en el centro, hacen que la estancia del alumnado durante su jornada lectiva sea bastante incómoda”.

Además, destacaron “la nula preparación del centro para recibir alumnos que usan instrumentos para la movilidad”, en relación a personas con movilidad reducida.

La lectura del manifiesto se ha hecho de forma simultánea en los conservatorios de Sevilla, Málaga, Jaén y Granada. “Con este acto pacífico y reivindicativo, se pretende concienciar y denunciar públicamente el estado de las enseñanza artísticas. Un llamamiento a una movilización unida, por parte de los alumnos de las citadas enseñanzas”, indican los promotores, que, además “solicitan una pronta respuesta a sus peticiones y no descartan avanzar con nuevas acciones”.

En el caso del Victoria Eugenia, los problemas con la infraestructura no son nuevos. El pasado curso la avería del sistema de climatización provocó las protestas del alumnado. Además, los problemas con el sistema eléctrico motivaron que se retrasara el inicio del curso en septiembre de 2017. En 2015 un escape de gasoil obligó a cerrar el centro tres días.