El patrimonio granadino encara el año 2015 con un reto fundamental por delante: lograr el acuerdo que haga posible renovar el Plan Albaicín en vigor que data de 1991. Ocho años después de que comenzase la revisión del Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Albaicín (Pepri) para modernizar el documento, parece que Junta de Andalucía y Ayuntamiento han enterrado el hacha de guerra. Veremos si finalmente el año transcurre con la misma sintonía con la que las administraciones abandonaron 2014. En principio si todo permanece tal y como quedó hablado el pasado año, el Albaicín y el Sacromonte podrán tener antes de que finalice el año un proyecto que garantice la protección de esta zona de Granada declarada Patrimonio de la Humanidad. Para ello será necesario que el proyecto esté por encima de cualquier interés político. Sólo así se podrá conseguir el impulso necesario para llevar a cabo la rehabilitación de las murallas del histórico barrio, cuyos proyectos de reforma pertenecen abandonados mientras se deterioran inexorablemente a la espera de tiempos más prósperos. El Cuarto Real debería haber abierto ya sus puertas al público para ver el proyecto de restauración más enconado y enquistado de la historia reciente de la ciudad, pero habrá que esperar a este 2015 para pasear por el espacio. Quizás entonces arranque la nueva Ruta Almohade por la ciudad, que quedó pendiente en 2014 sólo con la Casa de Zafra abierta al público. La apuesta económica en 2014 por el yacimiento de Orce puede dar alguna sorpresa científica en 2015, un año en el que la Catedral espera poder impulsar su rehabilitación con una nueva inyección de fondos pero en el que la palabra 'patrimonio' puede empezar a ocupar los titulares en los primeros meses del año por la polémica propuesta de la declaración de la Alpujarra como Patrimonio de la Humanidad.