El Granada perdió su primer partido de la temporada. Lo hizo por 0-1 ante un Sevilla fuerte, poderoso, que tiene mimbres para firmar una gran campaña. Si hay que caer, que sea como lo hicieron los de Diego Martínez: ante un oponente superior, tuteándolo en diferentes momentos del choque y creando opciones de gol como para haber sacado un mejor resultado.
El choque no tuvo nada que ver con el de Villarreal. Parecía claro que, pasara lo que pasara, el Granada iba a defender mejor y a atacar peor. Así fue. Puso en apuros al Sevilla porque apretó bien, defendió con orden e igualó casi siempre su poderío físico.
Y eso no es fácil teniendo los hispalenses tres jugadores tan buenos (Fernando, Jordán y Banega) por dentro.
En la única ocasión en que no hubo un buen balance defensivo, ya que el repliegue fue pésimo, marcó Jordán, no sin suerte al irle el rebote.
Pudieron marcar los rojiblancos tanto con 0-0 como yendo ya por debajo en el marcador. Atacaron en muchas ocasiones con orden y criterio. Esta vez faltó pólvora y, sobre todo, puntería. Hubo varios acercamientos pero Vaclik apenas trabajó.
Diego apostó por el mismo once titular que contra el Villarreal. La elección buscaba pelear la posesión de balón a un Sevilla con mucho jugón en el campo, especialmente Banega, que dominó en el primer tiempo. No obstante, a los visitantes les costó acumular ocasiones de gol y tuvieron que recurrir casi siempre, ante la buena ordenación de la zaga, a disparos lejanos.
Rui Silva se mostró firme en todo momento pese a que algunos intentos llevaban mala leche, sobre todo uno de Escudero. El lateral tuvo que entrar al campo poco después del cuarto de hora por Reguilón, que se marchó llorando y conmocionado tras un fuerte choque con Víctor Díaz. El capitán rojiblanco tuvo la cabeza más dura y pudo seguir jugando con un gorro de natación para protegerle la brecha que se abrió.
Ocasión de Yan Eteki
Los rojiblancos, pese a que Montoro y Fede Vico estuvieron muchos más tapados e intermitentes que de costumbre, mejoraron con el paso de los minutos. Soldado, Antonio Puertas, Vadillo y, sobre todo, Quini encontraron puertas de llegada a la meta rival.
De hecho, la mejor ocasión antes del descanso estuvo en las botas de Yan Eteki, que mandó el balón a las nubes cuando estaba en franca posición para hacer el 1-0.
El Sevilla marca
Fue buena la entrada del Granada en el segundo tiempo, con mando y control. Incluso estuvo cerca el penalti a favor en una mano de Ocampos en el área que el VAR chequeó pero no concedió.
Pero el Sevilla pegó en toda la mandíbula en cuanto pudo. Montó una contra de la nada, pilló por primera vez en el duelo mal colocada a la zaga local y marcó el 0-1. Los centrales taparon bien el tiro de un lento De Jong pero no llegaron a tiempo de cerrar el de Jordán.
El gol provocó dos cambios drásticos: el Granada tomó del todo el partido y los dos técnicos se prepararon para la media hora final. Los locales para atacar con Machís y Carlos Fernández al campo, y los visitantes para defender con la entrada de Gudelj por un desfondado Banega.
Sin acierto
Tuvo el Granada el empate en otro balón suelto en área rival, como el del gol de Jordán, pero esta vez Soldado estaba más tapado y no acertó a rematar.
Tuvo paciencia el cuadro local para llegar a la meta rival, con Carlos Fernández y Soldado enganchando casi siempre bien por dentro. Machís demostró su peligro con dos intentos seguidos, el primero muy bonito de volea, que no encontraron portería por centímetros.
Lo metió todo en el campo Diego con la entrada de Adrián Ramos, que fue el único que probó a Vaclik con un suave cabezazo.
El Sevilla, como era de esperar, dispuso de un par de buenas contras para el 0-2 mal culminados por Nolito.
Partido aceptable ante un rival, de los que se pueden perder. Casi nada que achacar a los rojiblancos, que no ganan pero lo harán pronto si siguen la senda cogida en este inicio de temporada.
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