Glory Meyers Cómica

Glory Meyers: "Se debe hacer humor de todo, incluso de feminismo y eso que yo soy feminista"

  • La artista granadina se dedica profesionalmente a la comedia desde hace años

  • "Un chiste puede estar bien construido y no hacer reír y cualquier tontería, sí; la risa es un misterio", afirma

Glory Meyers delante de la Catedral

Glory Meyers delante de la Catedral / Jaime Cinca (Granada)

Un tartazo en la cara, un resbalón en la calle de un desconocido, un chiste verde o una anécdota erótica festiva, una broma sobre algún colectivo, un gesto histriónico fuera de lugar. El humor es un asunto complejo, ya que puede hacerle reír a un determinado conjunto de personas y a otras simplemente causarles la indiferencia más trivial. El humor es un misterio. Por eso, dedicarse a la comedia es casi un salto al vacío y sin red, una profesión de riesgo. Que el humor es un misterio lo sabe Gloria García (Granada, 1982), alias Glory Meyers, una de las pocas granadinas que se dedican al arriesgado oficio de subirse a un escenario para hacer monólogos. La cómica y actriz vive ahora en la cuna del stand up patrio, en Madrid, sin pudor ni medias tintas y sola con un micro y unos cuantos buenos chistes se enfrenta a su público.

Apasionada por la escritura y el guión, la intérprete está inmersa en unos cuantos proyectos: el rodaje de una película en agosto sobre la violencia de género en el que tiene un papel protagonista; un espectáculo de micro abierto junto a su compañera Nuria Jiménez (Las hijas de puta comedy, una obra de teatro de carácter humorístico escrita por Adrián Serna, en la que comparter escenario con Lamine Thior; y lo que queda por llegar.

Glory Meyers debajo de la famosa frase sobre lo que supone ser ciego en Granada Glory Meyers debajo de la famosa frase sobre lo que supone ser ciego en Granada

Glory Meyers debajo de la famosa frase sobre lo que supone ser ciego en Granada / Jaime Cinca (Granada)

-¿Cómo empezó en esto de la comedia?

-Yo soy abogada. Estudié Derecho y hasta los 30 años me dediqué a ejercer mi profesión, pero tuve una epifanía y lo vi claro. No me quería seguir dedicando a eso y decidí hacer la maletas e ir a Londres a mejorar el nivel de inglés. Los azares del destino me llevaron a Barcelona, donde hice un curso de guión, que es lo que a mí me gustaba, porque es en la escritura donde yo me encuentro cómoda. Pero me di cuenta de que estar detrás de la cámara también me gustaba porque soy también actriz, y de ahí, gracias a Marian, mi jefa en la escuela de interpretación donde trabajé en Madrid, fui a la meseta a intentarlo en la capital, y allí fue donde la comedia apareció.

-¿Cuáles son sus influencias en la comedia?

-Tengo muchos referentes, pero de los patrios, de los de aquí, por ejemplo, Lina Morgan. De pequeña la imitaba. De hecho, mi madre me quería llevar a un programa de la tele porque lo hacía. Es una actriz que yo siempre he admirado, a ella y a su comedia, además de una grandísima empresaria. Por otro lado, Gila, que además le conocí de pequeña. También me gusta mucho Robin Williams y me gusta mucho el Stand up que hacía. Richard Pryor y George Carlin, también, de los americanos. Creo que todos lo cómicos sentimos admiración por ellos dos. En España está Ignatius, que su comedia es tan sumamente inteligente y da tanta vuelta, es un genio. Otro es Hovik, que fue de los primeros que me llamó la atención y cuando veía algo de lo que hacía yo me decía: “Quiero hacer algo parecido”. Y otros, como Kaco forns e Iggy Rubín.

-¿Cómo definiría su sentido del humor?

-Tiro por el humor absurdo, negro, y siempre que me pongo a escribir me inclino hacia ese lado, y mira que a veces he intentado escribir algo más blanquito pero no me sale. Me junto con Nuria, mi compañera en el open mic (el micro abierto es un espectáculo en el que los cómicos suben a un escenario a probar monólogos) y no nos sale otra cosa.

-¿Se puede hacer un chiste sobre todo?

-Yo creo que sí, creo que es sano hacer humor de todo y me refiero a todo. El humor es una ficción, no puedes ofender por algo que es ficticio. Se debe hacer humor de todo, incluso de feminismo y yo soy, evidentemente, feminista. Se puede hacer humor de todo, pero hay que hacerlo bien. La gente confunde el humor con insultar a otra gente. Para mí eso no lo es, humor es cuando construyes un chiste que es bueno y produce carcajadas e, incluso, hacia quien va dirigido. Creo que una sociedad que se ríe de sí misma tiene mucha salud, es una sociedad sana.

-¿Cómo fue su primera vez sobre un escenario como cómica?

-La primera vez fue en una muestra del final de un curso que hice en la escuela en la que trabajaba. Fue un subidón. Vino a verme mucha gente que conocía y te sientes muy arropada. La segunda vez no fue tan bien, en un festival, con el mismo texto, tuve que actuar al aire libre en el Palacio de Oriente, y fue duro. La tercera fui a un micro abierto y se alinearon todos los astros para que fuera mal. Iba gente muy buena y yo era la última y la única chica. Me hicieron una presentación penosa, estaba muy nerviosa y no tenía tablas en ese momento. Subí y no sabía ni qué decir, no se rio nadie, se hizo un ‘cri, cri’, estuve varios meses sin subirme a un escenario. Hoy es muy fácil, pero entonces había muy pocos micros abiertos y muy pocas chicas que se dedicaran a la comedia.

-¿Es un mito eso de que las mujeres no hacen gracia?

-Eso es falso mito totalmente. Como en muchos sectores, la mujer había estado vetada, y ha habido muy pocas que se dedicaran a ello y el público está acostumbrado a ver comedia hecha por hombres. Cuando de repente la mujeres empiezan a hacer humor, a la gente le choca, era algo diferente, es mi teoría, al público le choca y lo rechaza, porque siempre al principio se rechaza lo distinto. Ahora es algo más habitual. En Estados Unidos, que nos llevan años de ventaja en el stand up, tienen más asumido que las mujeres pueden ser graciosas

-¿Qué tiene que tener un buen chiste para que haga gracia?

-A veces reconoces un buen chiste, bien construido, y no hace te hace gracia, pero sabes que está bien hecho y luego, la tontería más grande del mundo te hace gracia. Conclusión, la risa, es un misterio.

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