Poesía

Los versos de Circe Maia hunden sus raíces para siempre en la tierra de Lorca

La hija de Circe Maia recogió el premio de manos de Marifrán Carazo.

La hija de Circe Maia recogió el premio de manos de Marifrán Carazo. / José Velasco / Photographerssports (Granada)

Nunca lo conoció en vida, pero sus versos marcaron para siempre su infancia. Circe Maia (Montevideo, 1932) entró en contacto con la obra de Federico García Lorca siendo una niña, cuando su padre le leía los poemas y ella, acorde a la edad, jugaba a decir poemas del autor del Romancero Gitano. Ahora, los versos de autora uruguaya estarán para siempre arraigados a la tierra del que fuera "su primera inspiración", como ha reconocido la hija de la poeta, Ana Nira Ferreira, durante el descubrimiento de la placa que, desde hoy, reposa en el Carmen de los Mártires como paso previo a la entrega del Premio Lorca de Poesía.

Ferreira ha sido la encargada de descubrir la placa, que lleva inscritos los versos del poema Raíces, en representación de su madre, que por motivo de edad (está a punto de cumplir 92 años) y salud no ha podido viajar hasta la capital. Sin embargo, como ha reconocido su hija, "ella está muy orgullosa" de este reconcomiendo, pese a que lo considera "inmerecido".

Maia toma así el relevo del chileno Raúl Zurita, ganador en 2022, rompiendo así la regla no escrita de que cada año se alternaban autores españoles y latinoamericanos en este galardón. Irónicamente, el patrón también lo rompió su compatriota Ida Vitale, ganadora en la edición de 2016 y que recogió el testigo del venezolano  Rafael Cadenas. Con Maia son también 20 los ganadores de este galardón, en su momento el de mayor cuantía económica, que comenzó a entregarse en 2004, recayendo en el asturiano Ángel González.

El Lorca es, además, un doble premio para la autora de En el tiempo, pues supone el primer galardón a nivel internacional para la poeta, que en 2007 ya conquistó el Premio Nacional de Poesía de Uruguay y a la que, en 2021, la Biblioteca Nacional de España dedicó su homenaje del Día de la Escritoras.

Su candidatura, que finalmente se ha alzado sobre una treintena de nominaciones, fue propuesta por el propio jurado del Premio Lorca, cuyo portavoz, Carlos Pardo, indicó en su momento que el hecho de que el premio recayese en Maia "desarrolla al máximo" el potencial de este galardón en tanto reconoce una vida dedicada a la poesía de alguien cuya trayectoria no es "excesivamente" conocida por el público. Al mismo tiempo, según se recogía en el acta, el jurado distinguió a una autora "que se ha mantenido al margen de tendencias poéticas dominantes", con una obra personal "y de influencia en español", en velada referencia al autor de Yerma

Al mismo tiempo, según explicaron los representantes del jurado, aunque desconocida por el gran pública, la huella de Maia en la poesía contemporánea es innegable y en los años 80, Un viaje a Salto fue un experimento novelístico, que en España reeditó hace unos años Las Afueras, y en la que se relata la historia de una niña y su madre que en pleno golpe de Estado de Uruguay, viajan para ver a su padre y esposo, preso político, por asistir como médico al Movimiento Tupamaro, una historia, narrada a dos voces, que tiene tintes de la propia experiencia vital de Maia, cuyo marido estuvo también preso durante varios años. 

Ceremonia

Ya en la tarde, tuvo lugar el acto oficial de entrega del premio, de nuevo recogido por la hija, esta vez de manos de la alcaldesa, en un acto que tuvo lugar en el Centro Lorca. 

Ana Mira resaltó la vitalidad y solidaridad de su madre "en todos los sentidos", no solo el económico. También compartía la cultura: "Llegaban personas a pedirle a casa que le ayudara con alguna poesía, hasta desde el Liceo le pedían antes de publicar un libro que lo corrigiera", relató.

Su afición por el teatro la llevó, como profesora del Liceo, a exponer y representar obras de teatro, como por ejemplo La zapatera prodigiosa de Lorca, con elencos formados por sus alumnos, pero también por sus hijos o sus nietos ya en casa. Siempre ha sido, relató su hija, una madre y una abuela "muy presente". "Con los nietos siempre buscando algún tema (de conversación) con nivel, a ella le gusta por ejemplo charlar de algún experimento científico reciente. A nosotros sus hijos, nos ayudaba en filosofía, inglés y griego", un idioma este último que aprendió por su cuenta para poder leer libros de sus autores favoritos.

Con su esposo, que murió en la pandemia, compartía el sentido del humor en una casa en la que la música era un elemento más, recordó su hija antes de recoger el galardón de manos de la alcaldesa, para quien este premio reconoce "el peso de la palabra poética" en Granada, "ciudad de cultura y diálogo, de poesía y capital de la cultura". Previamente intervino la agregada diplomática en Uruguay, Mariana Cavallo, que ha agradecido en nombre de su país el reconocimiento a "una de las voces más destacadas" del panorama hispanoamericano actual.

Para concluir una noche tan lorquiana, el acto contó con la representación de Reyerta, el espectáculo, dirigido por Jorge Rodríguez Morata, y que supone una reinterpretación de la obra del poeta a través del mundo de José Antonio García. 

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