Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

Anunciante Sánchez

Cuando el Estado quiere ser la empresa mayor del Reino, el vicio se convierte en norma y la garantías, en privilegios

El negocio de la verdad, la prensa, no para de devaluarse. Las redacciones de los periódicos se desertifican de redactores mientras que las noticias dejan de tener sabor a verdad toda vez que pasan a ser simple propaganda. El descrédito del periodismo ya es un lugar común, más aún cuando el anunciante mayor del reino pasa de ser El Corte Inglés de siempre al propio Estado.

La verdad como tal siempre le importó bien poco al anunciante privado. La noticia siempre fue el soporte donde insertar el anuncio. Siempre que la noticia no fuera contra los intereses del negocio, todo Ok.

De ahí que no sea nada extraño que el nuevo amo de la publicidad, el señor Sánchez, se cuide mucho con el reparto del botín que va a mantener con vida a ese contrapoder que en teoría tiene que vigilarle. De ser un derecho el recibir parte de este pastel que garantiza la supervivencia del medio, pasó hace ya demasiado a ser un premio a la fidelidad de cada medio para con el amado lider que en última instancia es quien le da de comer. Cuando el Estado compite por ser la empresa mayor del Reino, jugando con la ventaja de emitir las leyes y hasta poder saltárselas, el vicio se convierte en norma y las garantías en privilegios.

Una sanísima desconfianza se ha instalado entre los receptores de esta información más que tendenciosa y sesgada que busca más el complacer al jefe que en hacer su verdadero trabajo, a saber, informar a la poblacion incluidas las maniobras de los poderosos para ocultarles la verdad.

Desde siempre, bastaba con mirar los anuncios de un medio para saber de qué palo va cada uno de los medios de comunicación. Ahora hay que añadir mirar el listado de medios subvencionados para saber cuáles se callan lo que no quiere que se sepa el señorito, el amo, el César visionario que dirige nuestros destinos y cuida de nosotros como niños que no debemos estar del todo informados.

En esta bolivarización de nuestro país que ya denuncian desde Europa en todas las instancias, poco más que nos dejan el derecho al pataleo siempre sospechoso. Que se lo digan sino a Kim Jong Un, ese presidente-parodia del poder al que poco a poco se va pareciendo cualquier país sumiso a la verdad oficial y a la moral convertida en leyes.

Pero más que culpar al dirigente de sus excesos pensemos en quien se lo consiente y daremos con los muchos culpables.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios