Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

Cierren filas

El sanchismo quedará como un sinónimo de gobernanza a salto de mata y de desdecirse de lo dicho en tiempo récord

Las trincheras de la izquierda se han excavado a toda prisa desde el toque a rebato de Sánchez. No en vano a este presidente saliente ya le quedará para siempre el sobrenombre del ‘desenterrador’ o el ‘trasladatumbas’. Sumar ha aglutinado a la izquierda de la izquierda en tiempo récord. Lo ha hecho con un pragmatismo impropio de una bandería más dada a darse de garrotazos entre ellos que a formar un frente uniforme digno de ser votado. Véase si no ese rosario de la aurora laico en que ha quedado Podemos. La venganza se sirve en plato frío y a Iglesias le quedan tantos enemigos que hasta a sus secuelas políticas les tienen ganas y han ido a por ellas. Pero no los de enfrente, ojo, sino los suyos. Qué arte.

Así las cosas, la contienda electoral se muestra reñida, a pesar de los calores disuasivos del estío. Cierto es que el sanchismo tiene los días contados. Realmente sin contenido ni calado, se quedará como lo que fue, un sinónimo de gobernanza a salto de mata y oportunismo, de desdecirse de lo dicho en tiempo récord y de vestirlo todo de derechos para las minorías de las minorías más minoritarias siempre que de voto alguno el ser tan minorista. Un bluf en falcon.

Se palpa, se respira un cambio de ciclo. Llega un tiempo nuevo sea el que sea que gane sin tanto histerismo a los mandos y, esperemos, con menos mentarse a la parentela, a los muertos o a las vergüenzas desde uno y otro lado. Que ya el respetable se cansó de ese espectáculo de verduleras con sueldo de ministro.

En Barcelona, siempre tan vanguardista en todo, ya van cerrándole el paso a los más marrulleros de todos, los ‘indepes’ aquellos tan subiditos hasta que les metieron en la trena, les convirtieron en prófugos y les tocaron el bolsillo. Cabreados pero algo más delgaditos después de la cura de realidad, todos agradecemos que ese orgullo irredento entre tantos se vaya curando en la humildad del volver al curro de cada día sin tantas fantasías.

Las derechas están que se salen con Ayuso de adalid de la cruzada que vacía hospitales y subvenciona colegios de ricos.

Sólo queda la incertidumbre de ver qué pasa con este voto en bañador tan volátil. Salvo la certeza de un Vox con su apuesta cultural nivel torero y cofrades nada hay donde agarrarse a la hora de los vaticinios. Salvo que el que se quede el cetro pillará el cargo con las arcas llenas después de todo lo que todos tanto hemos sufrido.

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