Cambia, todo cambia

Comida frente al Covid-19

Los alimentos frescos, locales y de temporada mejoran nuestra salud y refuerzan nuestras defensas

Una de las cuestiones más comentadas al inicio de este confinamiento era el abastecimiento de productos de primera necesidad, incluyendo claro está, los alimentarios. Frente al acaparamiento sin sentido de artículos procesados y envasados cuyo consumo masivo y continuado perjudica seriamente la salud, debemos apostar por los productos frescos, locales, de temporada y cuando sea posible, de producción agroecológica. Comer así nos permite evitar los efectos combinados de la mala alimentación y la falta de ejercicio por el confinamiento, al tiempo que mejoramos nuestra salud y reforzamos nuestras defensas frente a un posible contagio. Es un momento estupendo para recuperar la gastronomía local y de temporada, y una excelente excusa para llamar a las personas mayores para pedirles recetas. Así se sentirán útiles y les será más fácil contar con nuestra ayuda ahora que no deben salir a la calle.

Para adquirir alimentos frescos, locales y de temporada sólo tenemos que ir a la frutería más cercana y si además queremos que sean ecológicos, hay ecotiendas en todos los barrios de nuestra ciudad (ecotiendasgranada.com), y muchos de los grupos de la Red Agroecológica Granadina (ecomercadogranada.org) llevan productos a domicilio con todas las garantías para evitar contagios.

También tenemos los dos ecomercados que se instalan en Granada el primer sábado del mes en la explanada del Palacio de Congresos y el tercero junto a la Cámara de Comercio. Sin embargo, el Ayuntamiento ha suspendido esta forma de venta de alimentos como medida de contención contra el Covid-19. Se trata de una enorme equivocación pues solamente con la aplicación de controles muy sencillos para evitar el contacto social, al estar al aire libre el riesgo de contagio en los ecomercados es menor que en otros puntos de venta. Además constituyen una forma fundamental de abastecimiento de alimentos que precisamente debería fomentarse en este momento como ocurre en Canarias o Baleares que son mucho más conscientes de la importancia de la agricultura local para su soberanía alimentaria.

Comprar en ecomercados, ecotiendas y fruterías de barrio que venden productos del territorio es apoyar la economía local en un escenario de recesión que nos va a afectar profundamente. Apostar por reducir la contaminación, el gasto energético y los riesgos de contagio que genera el transporte de alimentos a largas distancias, al tiempo que creamos empleo y desarrollo local nos permite encarar esta crisis con mejores perspectivas. Exijo a nuestros gobernantes que atiendan pronto estas demandas y eviten que el estado de alerta afecte a sectores esenciales como la pequeña producción o el pequeño comercio beneficiando de nuevo a la gran distribución.

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