La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Enrojecer el logo

Rezuma incredulidad ver a quienes son tan de aquí tan de aquí, que los trabajos más creativos los encargan fuera

Tener a un afamado y brillante director de orquesta como responsable del Festival de Música y Danza, sirve, entre otras cosas, para lograr más silencios en la crítica a su gestión de los que tendría otro que no lo fuera. Atreverse es más fácil con los débiles. El caso es que la transparencia exigible a la política brilla por su ausencia con la gestión de Pablo Heras.

Presentar el Festival de Granada primero en Madrid es sorprendente. Ni a Perelada se le ocurriría, ni a San Sebastián o Santander tampoco, ir primero a Madrid a promocionar nuestro festival antes de hacer la premiere desde su propia ciudad. Más aún teniendo una Alhambra al lado.

Tal que camuflar como culmen del diseño el bañar con un rojo Alhambra el viejo logotipo. Esa es la novedad cromática conocida, además de la poco transparente gestión de encargar esa "inspiración" sin contar con la ley de contratos del sector público. ¿En qué boletín oficial está publicada la convocatoria del concurso?

Ser director de orquesta prestigioso, que se sepa, no es eximente para la no contemplación de la legalidad en su faceta gestora. Es difícil gestionar sin presupuesto aprobado para este ejercicio. Por eso extraña ese gasto superfluo de enrojecer la web, aunque lo llamen fusión. Que no nos llega para la OCG, pero para logos parece que sobra. ¿Cuánto cuesta eso Pablo?

Bueno sería también saber si no hay en Granada diseñadores capaces de tal encomienda. Esta es ciudad universitaria, con Facultad de Bellas Artes y escuelas de diseño, y artistas dados a la creatividad más exigente. Fomentarla hubiera sido un magnífico gesto de nuestro Festival.

Rezuma incredulidad ver a quienes son tan de aquí tan de aquí, que los trabajos más creativos los encargan fuera. Porque pareciera más moderno, más glamuroso, traer a alguien extraño antes que apostar por lo nuestro.

Recortarle al Festival una semana fue el primer hallazgo del nuevo director, para acomodo de su prolífica agenda como artista. La siguiente propuesta ha sido bañar en rojo el logo ya creado hace años por un Premio Nacional de Diseño como Alberto Corazón. Dicen que es una fusión, pero no nos dicen cuánto nos cuesta.

Esperemos con humildad melómana que estos opacos inicios sean menores comparados con la calidad excelsa de la propuesta musical. Aunque lo del logo no sea un logro.

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