Echando un vistazo a la distribución del voto en Granada, con casi todos los distritos pintados de azul, difícil lo va a tener Paco Cuenca para afianzarse en la alcaldía. Y eso que margen de mejora tiene un rato largo, y retos que resolver por delante, también. Empezando por el PTS, siguiendo con las obras del Metro -una vez que hayamos encontrado el tesoro, como bromearía Danny DeVito-, y terminando con el timo del AVE y su soterramiento.

Incluso logrando una solución razonable para cada una de estas cuestiones, que ya es suponer, aún seguiría teniendo complicada la continuidad al frente del consistorio, vistas las preferencias del votante municipal. Ahí entraríamos en lo obsoleta que ha quedado la configuración del área metropolitana, con miles de granadinos siéndolo en la práctica pero censados en pueblos del cinturón en los que solo duermen y votan. Pero esto merecería capítulo aparte. Así que por ir a lo concreto, me centraré en dos cuestiones, menores en relación a las anteriores, pero en las que por el momento el actual equipo ha venido a poner un poco de cordura y que tienen que ver con el ocio, la cultura y el esparcimiento.

La primera es relativa a una información adelantada por este periódico y confirmada ayer en estas páginas. Me refiero a la decisión de unificar los diversos festivales de cine que salpicaban nuestra agenda en uno solo, aunque este cuente con ramificaciones. Era un verdadero despropósito la existencia de tanto festival usado como arma arrojadiza entre grupos políticos que lo único que conseguía era proyectar una imagen pueblerina de nuestra política cultural. Más aún si uno de esos festivales estaba dedicado al cine clásico, y por tanto, carecía de las más elementales características que definen un festival, el que las películas sean de estreno y que haya una competición entre ellas. Cualquier otro planteamiento no dejaba de ser un cineclub glorificado y en ese sentido parece una buena decisión poner al frente a alguien como Juan de Dios Salas. Ninguna de las ciudades europeas que asociamos al cine, Valladolid, Cannes, Venecia, Berlín o San Sebastián tiene muchos festivales sino solo uno, o muy bueno, o especializado. Y por esa especialización debería apostar Granada con la semilla que puso José Sánchez-Montes en Cines del Sur.

La otra cuestión es la del botellódromo, cuya reapertura mañana reclamará un grupo de jóvenes en la Plaza del Carmen. Señor Cuenca, atienda, por favor, sus otras propuestas pero no ceda en lo de reabrir semejante engendro. Ya existen lugares donde emborracharse hasta caer muerto, si se quiere. Se llaman bares. Dígaselo de mi parte.

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