Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Iglesias, 'vicepresidente in péctore'

Negociar los presupuestos del Estado con encarcelados y prófugos, enemigos del Estado, es parte del esperpento nacional

Los presupuestos del Estado ocupan la polémica política, desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su 'vicepresidente in péctore', Pablo Iglesias, los presentaran en una solemne ceremonia -la misma que utilizó Sánchez con Rivera cuando teatralizaron su acuerdo fallido de Gobierno que, por cierto, vetó Iglesias-. Lo de in péctore no es necesario explicarlo. Recordar, en todo caso, que su significado, 'en el pecho', era utilizado antiguamente por los Papas con los cardenales que no habían todavía proclamado, pero estaban en su corazón y en su mente nombrarlos.

Iglesias, convencido de su papel -aunque el Gobierno no admita que sea su delegado-, cuando habla telefónicamente con Puigdemont o cuando ayer se entrevistó en la cárcel con Junqueras y el resto de presos, todo el mundo supone que habrá transmitido algunos mensajes para recabar el apoyo a los presupuestos redactados por el PSOE y Podemos. Sánchez desplazó a Rajoy en la moción de censura, con los votos de PSOE, Podemos, los dos grupos independentistas catalanes, PNV y Bildu. Y todos ellos le exigirán el pago del alquiler de la residencia presidencial, obtenida de esta forma. Ya sabemos lo que piden las huestes de Puigdemont y de Junqueras: libertad para los presos y derecho a la autodeterminación. No sabemos hasta dónde llegará Sánchez en las humillaciones para mantenerse en La Moncloa. Negociar los presupuestos del Estado con encarcelados o prófugos, enemigos del Estado, forma parte del esperpento nacional que estamos viviendo en los últimos años, en el que incluiré la prisa que se ha dado Casado para pedir en Bruselas que sean duros con ellos, en una acción injustificable porque el debate debe ser interno. De la petición en el Parlament de abolir la monarquía, base del Estado -con la colaboración del sector catalán de Podemos- hablaremos otro día.

Estas notas sobre la continua tragicomedia española no valoran los presupuestos en discusión, cuyo tinte social, en muchos aspectos, figuraban en el anterior: subida de las pensiones según el IPC o incremento del salario mínimo. El resto será discutible para los economistas, pero lo que no podrá sacudirse el Gobierno de Sánchez es la gabela que debe pagar a sus socios, incluyendo a su 'vicepresidente in péctore'.

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