Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Listos y listas

Quienes son elegidos en dos listas nunca se sabe qué harán con ambos cargos, pero sí su afán por vivir de lo público

Con tantas elecciones a la vista, los partidos políticos siguen revelando los nombres de quienes irán en sus listas, con cuentagotas y a bombo y platillo, como si de fichajes estrella del balompié se tratara.

No obstante, de este elenco, llama la atención que algunos parezcan más listos para ir en más listas y no tengan empacho alguno en aparecer tanto en las listas del Congreso como en las de las municipales. Tal es el caso de Luis Salvador, número uno al Ayuntamiento de Granada y número dos al Congreso de los Diputados.

En los mentideros se comenta que Sebastián Pérez también lo intentó, pero que desde Génova 13 le dieron un no rotundo a esta descabellada posibilidad. O se va al Congreso, o se va al Ayuntamiento, pero no parece de recibo aparecer en ambas listas, o en cualquiera otras dos. También se comenta que algún otro partido baraja idéntica intención de incluir a candidatos ya presentados al Congreso también en las municipales a nuestra capital, lo que aún está por ver.

El argumento contra el acaparamiento de listas en Granada por parte de unos cuantos políticos, sean granadinos o no, es obvio. Quieren decidir si se van al Congreso o se quedan en el Ayuntamiento, en función de si son concejales en el gobierno o en la oposición, porque en ésta hace mucho frío y en el Congreso no, estés donde estés.

Este abanico de puestos para los que manejan el cotarro en sus partidos parece poco prudente y poco ético, porque un servidor público debe estar dispuesto a serlo en cualquier circunstancia y no jugando a todos los palos. Además produce una imagen nefasta de sus partidos, que permiten el poder del más listo en detrimento del resto de la militancia que ve cómo sus aspiraciones se frustran en manos del que monopoliza con su nombre varias listas para decidir luego con qué cargo se queda. No me extraña que muchos militantes y cargos internos estén que trinan.

Los votantes deben calibrarlo a la hora de votar, y si ven nombres en las listas del Congreso o Senado que se repiten en las municipales, pensárselo antes de introducir su papeleta en la urna, porque detrás habrá una deontología más que cuestionable de quienes aparecen sin pudor en ambas, señalándose como los más listos de las listas. Y si son elegidos nunca se sabe qué es lo que van a hacer con ambos cargos, lo que sí se sabe es su afán desmedido de querer vivir de lo público.

Los partidos deberían evitar estas situaciones que sólo provocan su desprestigio y el desapego de los votantes.

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