Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Matoncillos de poca monta

Sacrificar el ocio masivo es esencial en pro de la salud y la economía, que peligra por la irrresponsabilidad de los jóvines

Con 138 contagiados en Granada no está el percal como para mucha discusión política, sino como para poner soluciones inmediatas a la rápida propagación del Covid-19 pese al calor que padecemos.

Es evidente que su contención pasa por la responsabilidad individual, que ya se está viendo que es mínima en los jóvenes, a los que parece importar bien poco contagiarse en fiestas, botellones, discotecas y desfases variados, y parece importarles aún menos contagiar después a sus padres o abuelos, que pueden acabar muriendo por su irresponsabilidad. Pero frenar este virus también depende de la rápida intervención de las autoridades, no sólo sanitarias, sino también políticas, y por ello ya se debía haber decidido cerrar los locales de ocio nocturno -como en Murcia-, en los que la propagación es muy numerosa. Sacrificar el ocio masivo ahora es esencial en pro de la salud y del resto de la economía, que peligra por la irresponsabilidad y el egoísmo de los jóvenes que sólo saben divertirse mediante juergas.

La ciudad vacía, sin vida, con cada vez más negocios cerrados… y esta era la recuperación en V del iluminado doctor Sánchez.

En este escenario desolador llama la atención que los políticos municipales se dediquen a increparse y a crispar. El último ejemplo: el de los "matoncillos de poca monta" que le dedica Miralles a los munícipes socialistas a propósito de los presupuestos locales. Y no es que los recortes en gastos privilegiados del Consistorio que propone no sean acertados, pero no lo es el estilo empleado, que tampoco es exclusivo de su grupo.

En este momento tan crítico los políticos deberían demostrar altura de miras -al ejemplo de Almeida me remito-, e intentar aunar esfuerzos para que no vivamos otro drama sanitario ni se hunda más la economía.

No obstante, la experiencia nos demuestra que Granada y sus problemas no son el leitmotiv principal de sus políticos, sino que lo son sus intereses personales y de partido.

Por eso nuestro territorio necesita representantes que luchen por resolver con eficacia sus graves problemas, que defiendan nuestra salud, nuestra economía, intereses e identidad, y que consigan prosperidad para esta postergada tierra.

En estos momentos de extrema gravedad más que nunca se está demostrando la deficiencia de estos políticos que con su ineptitud propician que Granada continue arrinconada en el ostracismo político y territorial. No queremos ni matones, ni ineptos, sólo gestores eficaces que acaben con tanto lastre para que podamos avanzar de una vez.

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