Cambia, todo cambia

Regeneración urgente

En estos tiempos líquidos lo que toca sobre todo es plantear una alternativa sólida a las políticas rancias

El resultado de las elecciones andaluzas ha dejado muy tocados a los partidos del 78, tanto a las izquierdas como al PP, sobre todo en lugares como Granada donde siguen perdiendo votos a raudales cada vez que se abren las urnas. Por activa o por pasiva, la gente estamos diciendo basta a quienes dirigen las organizaciones políticas tradicionales.

Aunque estaría bien que estas cúpulas hicieran algo de autocrítica para variar, creo sinceramente que en estos tiempos líquidos lo que toca sobre todo es plantear una alternativa sólida a las políticas rancias que algunos pretenden instalar en nuestras instituciones. El odio, el miedo y la frustración sólo se pueden enfrentar si trabajamos con certezas y construimos un futuro donde no nos dejemos a nadie atrás, venga de donde venga.

En mi humilde opinión, la legitimidad para desarrollar este proyecto reside en el pueblo, en las gentes que día a día se levantan en Andalucía para trabajar o buscar trabajo, para cuidar a nuestras familias o para formarse por un futuro mejor. Sugiero a quienes dirigen los partidos de izquierda que antes de que su crisis se agudice, den un paso atrás apoyando movimientos de regeneración urgente que barrio a barrio, pueblo a pueblo pueden y deben construir un proyecto común para nuestra tierra, tanto en las instituciones como fuera de ellas.

Las próximas elecciones municipales en mayo de 2019 constituyen un momento ideal para que llenemos los ayuntamientos con listas cívicas compuestas por personas con afiliación política o sin ella, pero que no sean meras representantes de los partidos como ha ocurrido hasta ahora, y lo que es más importante, que sumen a las grandes mayorías sociales que estamos hartas de la degradación, la desigualdad y las incertidumbres que la globalización ha instalado en nuestras vidas.

En Granada somos muy conscientes de lo mal que nos ha ido con el servilismo a las direcciones políticas de Sevilla o de Madrid, y con lo duro que es para la mayoría vivir en un lugar lejano a los centros de poder donde se decide quién gana y quién pierde en el tablero de juego de la globalización. La creciente crisis electoral de los partidos tradicionales abre nuevas oportunidades para que la sociedad civil granadina demuestre su capacidad de regenerar nuestras instituciones. Ha llegado la hora de que la ciudadanía activa asuma la responsabilidad de este momento histórico costruyendo una alternativa creíble para el 99% de la población frente a la codicia sin fin del 1% y sus aliados electorales de la derecha.

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