Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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Sebastián Pérez en el paraíso

Si Sebastián Pérez es alcalde, respiraremos esperanzados. Si él lo ha conseguido, cualquiera de nosotros puede serlo

La posible ascensión de Sebastián Pérez a la Alcaldía de Granada nos debe llenar de gozo. No sólo a la Virgen de las Angustias y al Cristo de los Favores -a los que debe tantos votos- o al autor de la Biblia familiar, sobre la que suele jurar los cargos, sino a todo el género humano y, en particular, a los granadinos. Especialmente a las cementeras, a los constructores amigos, a los arquitectos e ingenieros y, concretamente, al mundo del ladrillo. ¡Fastuosos los proyectos que bullen en la cabeza de este hombre! Túneles, ascensores, cinturones varios que nos circunvalen y constriñan. ¡Qué buen alcalde se ha perdido Nápoles! Ciudad que, pese a la catástrofe de Pompeya, todavía, y eso que los vulcanólogos lo vienen sugiriendo, no ha construido una cubierta gigantesca que proteja a la ciudad italiana de los exabruptos del Vesubio. Con Pérez la tendría y de cemento armado. Pérez, como Dante, no entiende mucho de teología, pero sí de cómo alcanzar el paraíso. No soy quien para darle ideas, que él ya las tiene, y suficientemente imaginativas y productivas para la ciudad. ¿Cuánto costaría una escalinata que llevara directamente al cielo desde la Torre de la Vela? Sé que, en cuanto lean esto los ávidos contratistas que esperan impacientes los jugosos contratos que Sebastián les tiene reservados, van a poner a sus técnicos a trabajar en ello. De la Alhambra al reino de los cielos: unos cuantos miles de escalones de ascensión y ya está. Camiones de cemento teológico, de bovedillas y pilares de hormigón sagrado. En el fielato, vendiendo las entradas y pasándoles el test de los diez mandamientos a los aspirantes, nadie más experimentado que el arzobispo. Y las ganancias a repartir. El periodista y escritor italiano, Indro Montanelli, autor de Dante y su Siglo, sentencia, tras señalar algunas de las sevicias con las que el insigne vate -excelso poeta y muy mala persona- castiga y humilla en su paseo por el infierno a sus enemigos, riéndose de ellos o pateando su cabezas: "Y cuando al término de estas hazañas, sabemos que Dante -de la mano de Beatriz- ha obtenido el visado para el paraíso, respiramos aliviados, si él consiguió ir, quiere decirse que iremos todos". Pues lo mismo: si Sebastián Pérez, de la mano de Vox y Cs, consigue llegar a alcalde, quiere decirse que cualquiera de nosotros puede serlo.

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