Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

Susana: tiesa y victoriosa

Lograr el avance sustantivo de una región en un mandato es casi milagroso, no hacerlo tras cuatro décadas raya la inutilidad

Susana Díaz posee una vivienda, 30.000 euros en el Banco Popular y otros 80 en la cuenta corriente. La presidenta andaluza confirma la regla: cuanto más poder, más vacíos los bolsillos. Los pobres, o los ricos con alma de pobre, largan y no paran de las agonías para atravesar el mes, y hasta hay quien lleva junto al corazón un fajito de billetes sujetos con cinta de goma. Pero quienes son algo en la vida no se manchan las manos con metal o papel usado; cuentan con otro, normalmente un jefe de gabinete, dispuesto a ahorrarles el sofoco y a tirar de tarjeta. Por eso Susana no habla de dinero, salvo cuando se trata del presupuesto de la Junta. Sí habla, en cambio, de gastronomía, de lo sabroso que estaba el guiso de atún con salsa de perdiz escabechada que disfrutó hace poco. Lo hizo el día en que Pablo Casado y Juan Manuel Moreno se ganaron las críticas del gurmeterío por acudir a una hamburguesería a quitarse el hambre.

Susana es una autoridad en materia culinaria. No en vano trabajó muchos años en la cocina del PSOE, donde aprendió los trucos para sofreír adversarios internos y afrontar batallas electorales. De ahí este nuevo adelanto interesado de los comicios. De ahí también que, según una encuesta al dente del CIS, perdería algunos apoyos o empataría consigo misma y mantendría 45 o 47 diputados autonómicos tras la convocatoria del dos de diciembre. Sucedería eso pese a que, como describe el Observatorio Económico de Andalucía, las políticas impulsadas durante 40 años por el PSOE no han funcionado. Y a que desde 2005 "hemos perdido el 4,8% del PIB por habitante". Y a que contamos con la menor densidad empresarial del país. Y a que los niveles formativos son los más bajos, el paro es estructural y el empleo de escasa cualificación. Y a que los andaluces rechazan su gestión (sólo el 16% la considera buena).

Lograr el avance sustantivo de una región en un solo mandato es casi milagroso, pero no hacerlo tras cuatro décadas ininterrumpidas en el Gobierno raya en la inutilidad. Luego, si Susana Díaz sigue dando órdenes a los jefes de cocina del PSOE y de la Junta, y la gestión futura imita a la pasada, en 2022 conservaremos el puesto respecto a las otras comunidades de España en cuanto a desarrollo económico y social: últimos, penúltimos o, con bingo, antepenúltimos. ¡Resignación cristiana! "Dios nos da la cruz y las fuerzas para llevarla".

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