Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Granada parecieran participar en un concurso a ver quién destroza más nuestra ciudad con sus demenciales proyectos, más que estrella, estrellados.

Y es que los granadinos -asfixiados a impuestos- no contamos nada para estos profesionales de la política que han tenido ya muchos años -todos los que llevan viviendo de la política- para asimilar que lo que queremos los vecinos nunca coincide con los proyectos estrellados, polémicos y, eso sí, siempre baraticos que pergeñan para Granada.

Está visto que Granada y los granadinos sólo merecemos talas masivas de árboles que arrasan con la masa arbórea, la morada de los pájaros, el pulmón de la ciudad, el esfuerzo de mantenimiento de jardinería y también con el disfrute ciudadano.

Sólo merecemos basura en las calles, contenedores y papeleras rebosantes, pintadas, carteles y pegatinas por toda la ciudad, mobiliario urbano destrozado, aceras y calles -perdón por la palabra- asquerosas…, para qué seguir…

Sólo merecemos un proyecto de metro que destroza nuevamente el bulevar de la Avenida de la Constitución, como si este espacio no hubiera sufrido ya talas masivas de árboles… Un proyecto invasivo en su recorrido, pero baratico…

Sólo merecemos un proyecto de renaturalización del Genil demencial y artificial, nada ecológico, nada verde, con mucho hormigón, ningún árbol y riego por goteo en pleno cauce. Sin palabras.

Pero no contentos con la degradación de Granada que ya han provocado sus proyectos, los que prevén ejecutar seguirán arrasando y arramblando con todo lo que les estorbe en una ciudad destrozada y desnortada, que anda como pollo sin cabeza, sin proyecto global de ciudad, sin mejoras urbanísticas, ni medioambientales, sin calidad de vida…

Un desastre que viene del pasado, que se alimenta en el presente y que perdurará en el futuro, y las generaciones futuras de granadinos padecerán, como nosotros ahora, todos estos desmanes, que hacen de la nuestra una ciudad poco vivible y nada agradable.

Y mientras Paco Cuenca bailando en TikTok…

La cercanía con las necesidades de Granada y los granadinos no se consigue a base de ridículos retos pueriles, sino preocupándose por los vecinos y ejecutando proyectos que nos beneficien a todos, pero nunca alimentando una Granada desagradable, nada ecológica, sucia y desapacible.

Es nuestra condena... Esperemos que el tik-tok que nos espera no sea el de Cuenca bailando nuevamente en redes sociales, sino el tic-toc del reloj que, tras su cuenta atrás para las municipales, acabe de una vez con esta nefasta y destructiva forma de hacer política. Granada merece bastante más y mejor…

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