Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

La Vox de su amo

El dinero y sus voceros han decidido que sólo existe una política posible: la que dictan los mercados y el canon neoliberal

Desde que una moción de censura apartó del poder a Mariano Rajoy y al partido que lo sustentaba, infectado por una corrupción oceánica, Pedro Sánchez, ha sido insultado en público y considerado un okupa y un parte patrias por una legión de columnistas y tertulianos. Según la opinión publicada, no posee legitimidad para ejercer como presidente del Gobierno al no haber ganado las elecciones y estar apoyado por un grupo de independentistas y 'radicales bolivarianos' (Unidos Podemos) que quieren destrozar el país. Su obligación, clama el coro, consiste en convocar cuanto antes elecciones.

En Andalucía, donde se prepara una coalición del PP y Ciudadanos con la complicidad de Vox, pese a que la lista más votada ha sido la encabezada por Susana Díaz, las críticas están siendo tímidas, por no decir insustanciales. Hasta la posibilidad de que gobierne el tercero, Ciudadanos, con el apoyo de cualquiera de las formaciones que lo supera en votos, es vista con ojos muy buenos y muy Borgen. En el Sur la legitimidad no la confiere la victoria en las urnas, sino el contar con los aliados suficientes para formar una mayoría parlamentaria. El bien mayor consiste en acabar con los casi cuarenta años de lo que se ha dado en llamar el 'régimen' socialista. Y ya hay quien se apresura a 'blanquear' a Vox, una organización que pretende acabar con el Estado de las Autonomías (piedra angular de la sacralizada Constitución del 78), que predica sin complejos el 'malismo' (lo contrario del 'buenismo') frente a la inmigración, que pretende laminar derechos de gays y lesbianas y que se muestra dispuesto a devolver al paleolítico muchas de las conquistas en beneficio de la igualdad de la mujer.

O sea, que vale sustentar un argumento en España y su contrario en Andalucía, que lo que sirve para Madrid no sirve para Sevilla. No faltarán incautos que soslayen o reduzcan tal paradoja a una mera contradicción lógica. Pero no. La realidad es más simple. El dinero y sus voceros han decidido que sólo existe una política económica posible: la que dictan los mercados y el canon neoliberal. Podemos no puede gobernar en ningún caso (ojo a Grecia). Y el PSOE puede hacerlo si gobierna en solitario o en compañía de un aliado situado a su derecha o a su extrema derecha. De ahí la indulgencia con Vox… la Vox de su amo. Dicho eso, el socialismo andaluz y Susana Díaz han hecho méritos sobrados para entregar el poder a las derechas, ganarse las vacaciones y lustrarse durante unos años en la oposición.

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