Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Las ciudades de García Román

En el Festival ha sonado no sólo la música de Falla, sino la de creadores que nacieron o vivieron aquí

Permítame el lector que este mes, la ‘mirada’, habitualmente concentrada en la actualidad política, la dedique a la otra faceta del periodismo cultural que ha formado parte de mi actividad profesional. Como estamos en las fechas más internacionales que vive Granada, creo oportuno mencionar la actividad creadora que granadinos o personas que aquí vivieron dejaron en el universo de la música. En el Festival han estado presentes muchas de sus creaciones, junto a las de tantos compositores contemporáneos españoles, además, naturalmente, de las de Manuel de Falla, tan vinculado a la ciudad. Estarán siempre en el recuerdo Ángel Barrios, Juan Alfonso García o Francisco Guerrero, entre otros.

Pero en esta breve mención creo justo hacer referencia a uno de los compositores más destacados de la música española contemporánea como es el granadino José García Román. Ya nos emocionó con su colosal Réquiem, en el 55 Festival, a juicio de muchos críticos, entre los que me encuentro, la obra sinfónico-coral más importante escrita después de Falla. He venido retrasando un comentario –que preví extenso, como merece la primera entrega–, sobre el CD De Civitate, donde el compositor medita sobre el espíritu de cuatro ‘ciudades’ y lo que ellas sugieren o representan. En la levedad de la columna dedicada al espíritu creador de nuestros ciudadanos sólo podré recordar la esencia de las cuatro páginas que interpreta la orquesta y coro de RTVE, bajo la dirección de Arturo Tamayo, con la mezzosoprano Magdalena Llamas, con el estallido de Civitate Pacis, sobre textos de la encíclica de Juan XXIII, Pacem in Terris, con un mensaje de vida para una Humanidad dolorida, que tanta actualidad tiene estos días con la criminal invasión rusa de Ucrania, aunque la obra esté escrita en el 2011. Las ciudades necesitan paz, grita el coro subrayando la voz de la mezzosoprano. Como necesitan espejos De Civitate speculorum, de ahí la metáfora de la orquesta convertida en dos espejos (escrita en 2004, con motivo del V Centenario de la muerte de Isabel la Católica que dono su espejo para la Custodia granadina). O como Málaga, en De Civitate Maris, se mira en el mar, o la‘Ciudad Celeste’, De Civitate Stellaum. En esta primera entrega no está De Civitate lucis (la Ciudad de la luz) denunciadora de oscuridades que, cuando se estrenó, declaró el compositor a G. Cappa en estas páginas: “Muchos saberes de hoy son lucimientos de neón, de escaso valor para la vida”.

Intentaré ampliar en otro momento el importante ciclo dedicado a las ciudades, metáforas de latido musical. La memoria histórica de la Granada creativa es necesario reivindicarla, sobre todo durante un Festival que debe ser fiesta de la cultura.

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